Tiempos posmodernos
Víctor Gabriel Peguero

Recientemente, fui invitado a uno de esos actos que reúnen a distintas personalidades de nuestra ciudad. Me he dado cuenta de que hay muchos eventos de ese tipo a lo largo del año, los suficientes como para poder categorizarlos.

En primer lugar, yo diría que hay tres tipos de actos oficiales: los justificados —hay que hacerlos sí o sí, los justificables —tienen, de alguna manera, su razón de ser, aunque no pasaría nada si no se celebraran— y los injustificados —aquellos que alguien se saca de la chistera. Finalmente, habría que añadir una variable: que es si se ofrece o no un vino de honor como cierre del evento. Tenemos, así, 6 tipos de actos oficiales.

Bien, pues asistía yo a un evento de categoría 2, o sea, justificado y sin vino de honor, cuando entablé conversación con una persona que, durante años, ha pertenecido a la jet de la universidad. Se me ocurrió preguntar por cómo veía la universidad el fenómeno de los MOOCS (los MOOCS son cursos abiertos a todo el mundo gracias a internet, que imparten todo tipo de organizaciones académicas, incluyendo muchas de las universidades más prestigiosas del mundo. Dicho de otra forma, formación gratis de calidad). Esta persona quitó hierro al asunto porque, claro, muchos de esos cursos “no dan un título” —realmente la mayoría tienen mecanismos de certificación— dando a entender, tras algunas reflexiones sobre ello, que lo que diferencia y da valor a la universidad es el título. Añadió que, “ellos —la UEX— también tienen MOOCS”.

Aunque el pasado sigue vivo, el futuro es más prometedor que nunca para mucha más gente que nunca

Mientras hablábamos, no pude evitar pensar en tantos casos de plazas de profesor creadas ad hoc, de organigramas por consanguinidad en la universidad, de viajes de investigación de dudoso impacto académico… pero también pensaba, como contraposición a todo eso, que ahora mismo, una persona de cualquier parte del mundo, con solo una conexión a internet, puede acceder a formación gratis impartida por muchos grandes profesores y expertos de todas las ramas: matemáticas, informática, comunicación, economía, antropología, sociología…

Al despedirme tras la conversación, me fui feliz, porque me di cuenta de que, aunque el pasado sigue vivo, el futuro es más prometedor que nunca para mucha más gente que nunca.

Mientras tanto, como cierre del acto, aún seguiremos viendo a mucha gente de la élite llenando los actos de categoría 6; la categoría de los eventos injustificados y con vino de honor.

Sin duda, merecen que brindemos por ellos.

 

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