La bruja Circe

Estaba yo planeando el ritual de Plena Moon, para el día 12 y reflexionaba sobre qué fascinantes son estos pueblos que conforman la nación donde habitamos. Cada uno con sus costumbres de unos cuantos siglos, nada comparado con el peso del tiempo de la humanidad.

Porque no olvides que no eres hij@ de tu madre, eres hij@, de todos y cada uno de tus ancestros, si hubiéramos la herramientas adecuadas podríamos rastrear tu ADN desde el principio de los humanos. Y en ese ADN vive las memorias antiguas, los instintos, los impulsos que se modificaron una y otra vez, para llegar hasta aquí.  Nuestra parcela de recuerdos ancestrales se manifiesta mucho en las fiestas y costumbres, desde los orfeones y grupos de música que hacen vibrar las fiestas de Legazpi, hasta las mayas o las cruces de Andalucía.

Está nación, con la iglesia católica ha construido en sus últimos dos mil años, un especie de estado paralelo, con privilegios y poder. La sociedad está impregnada de sus ritos aunque los más, se quedan en lo aleatorio y superficial, de unos concepto que afirman ser monoteístas, se han creado advocaciones y veneraciones, palabras y conceptos para colar la realidad, «la adoración encubierta de mil ídolos» imágenes de cartón y madera, que se danzan, se jalean, se les ofrecen prendas y cantos, se viste de oro y lo que es más se hace de verdad, desde lo más profundo de las emociones.

Afloran nuestros deseos y nuestros recuerdos ancestrales.

Los vestimos de ritos cristianos, si ese cristo del que habláis levantará la cabeza no le iba a quedar látigo para desalojar a tantos vendedores de sueños de los templos. Y los ritos anclados en la memoria colectiva, los Dibluchos, los Escobazos, el Jarramplas y ahora con las Cruces de mayo, las mayas, que en Andalucía hasta un trono con unas niñas ricamente ataviadas. Representación clara de la diosa en su etapa juvenil y pre maternal, pero ni hablar de reconocerlo, ¿sabéis que los romanos que fuimos tenían la diosa llamada Maya?

Y el ritual del pero, clavarle una tijera, que en la magia ancestral corta las envidias, a una manzana, y le llaman el pero, usado para cortar envidias y se ponen en los altares de mayo. Altares que fueron para la diosa y ahora los preside una cruz.

Que amalgama más sorprendente y fascinante los españoles, pasan por culturas, avatares y civilizaciones, incorporan a su vida las costumbre, las corrientes incluso las modas, pero si rascas un poquito, sale el cerebro reptil que danza frente a los ídolos, que viva con los espíritus que anulan todas las cosas y que ponen tijeras abiertas tras la puerta, sal en los rincones, o queman salvia, para proteger o limpiar el hogar.

No olvidéis que el día 12 a la 21 hora tenemos una cita en Plena Moon. Ciudad antigua, zona, San Mateo. Os espero.

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