La Bruja Circe

Me consultan por las redes, por los wappsap y mensajes, diciendo asustados: me siento sola, me angustia, me supera la soledad en este encierro. Me decís: quiero ser fuerte y me desprecio por esta debilidad.

Pero lo que te sucede es natural, la soledad es difícil de llevar, en muchas ocasiones se siente como un castigo, no pasa nada si así lo sientes porque es cierto que muchas veces lo es ¿Cómo si no se castiga a los criminales, a los disidentes, a los que discrepan? Se hace aislándolos físicamente, la sociedad y cada uno de nosotros por acción u omisión participa en ese castigo, cuando alguien del entorno, discrepa, es distinto y se atreve a serlo, piensa de otro modo o se define de distinta creencia, de distinto partido u concepto de vida.

Ahora en este tiempo podemos reflexionar sobre esa aptitud, ese tema y quizás, con un poco de cuidado, nos hagamos conscientes que cuando usamos ese arma o lo permitimos nos convertimos en verdugos.

La soledad es percibida como un castigo y esa convicción que está en nuestra cabeza nos hace sentir ansiedad, miedo, impotencia. Se nos lo dice desde niño, te vas a tu cama, ya no te juntó, adiós para siempre, hay te quedas…

Pero podemos aceptar la soledad como una oportunidad de automaestria, de encuentro con nuestro interior, de afinar y empoderar nuestra fortaleza emocional.

Todos los sabios, los anacoretas, los chamanes, todo el que se prepara para algún hito importante, han recurrido a periodo de soledad. Sin duda son decisiones voluntarias aunque no fáciles, pero de esas etapas han salido, fortalecidos, más sabios, más santos, más plenos en equilibrio y maestría, en general más preparados para su labor.

Cuentan que en la cuarentena de dos años que duró la pandemia de la peste negra. Isaac Newton, descubrió el comportamiento de la fuerza gravedad. Eso es ser productivo. Dicen las crónicas, que, Jesús, Buda y cientos de maestros, profetas y sabios encontraron su epifanía en la soledad. Mikado Usui, encontró los primeros símbolos del Reiki, aprovechemos estos momentos para ser como los sabios, los chamanes los profetas, los puros de corazón en lugar de imitar a un preso que se dedica a afilar una cuchara para causar daño.

Artículo anteriorRedCor reparte alrededor de 140 menús diarios a escolares
Artículo siguienteNatalia Peiro (Cáritas): «Tenemos que poner las luces largas porque la recuperación va a ser lenta»

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí