La temperatura de las palabras
José María Cumbreño

Los diarios regionales informaban la semana pasada de la reapertura de la Sala Capitol. Según parece, Amelia David e Isidro Timón, los dueños de la Escuela de Teatro Maltravieso, la tendrán alquilada durante los próximos diez años para ofrecer en ella espectáculos fundamentalmente teatrales, pero también relacionados con otras disciplinas artísticas.

Creo que para cualquier persona con una mínima sensibilidad supone una magnífica noticia. Ojalá les vaya muy bien y se logre que la Sala Capitol vuelva a ser una referencia para esta ciudad. Mucha suerte.

Eso sí, da la impresión de que aquí, si se quiere disfrutar de algún acontecimiento cultural, tienen que ser los propios ciudadanos los que lo generen, porque de nuestras instituciones mejor no esperar nada.

En Cáceres, la mayoría de los festivales sale adelante por el empeño y la ilusión de un puñado de personas que regala su tiempo, su talento y su conocimiento para que los demás podamos disfrutar de una programación cultural de calidad.

Creo que para cualquier persona con una mínima sensibilidad supone una magnífica noticia

El Irish Fleadh y el Pop Art me parecen dos ejemplos paradigmáticos.

Pero no se puede abusar de la buena voluntad de los demás ni exigirles que estén dispuestos permanentemente a sacrificarse por los demás.

En Extremadura (ya no digamos en Cáceres) es esencial que exista un plan cultural definido y bien estructurado. Y, lo siento, en otras regiones con más habitantes quizá las cosas puedan ser de otra manera. Sin embargo, aquí resulta imprescindible que sean las instituciones las que construyan ese armazón.

Hace años, cuando se inauguró el Edificio Embarcadero, muchos pensamos que por fin íbamos a contar con el motor que activaría la cultura de la región.

Seis meses después de su inauguración se cerró y, cuando, años después, volvió a abrir, lo habían convertido en otra cosa.

Confío en que Amelia David e Isidro Timón tengan mucha suerte. Y que sean capaces de sobrellevar las dificultades a las que sin duda tendrán que enfrentarse. Ahora nos toca a los demás llenar el teatro.

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