CUMBREÑO

Ha conseguido que un proyecto como Ediciones Liliputienses no solo sobreviva en plena marea editorial, sino que sigue creciendo con casi un centenar de libros editados. Un triunfo para una editorial independiente que, además, ha conseguido posicionar a Plasencia (y Extremadura) el mapa literario internacional gracias al encuentro de literatura periférica ‘Centrifugados’.

¿Cómo sobrevivir a un ecosistema del libro en constante evolución?
Lo importante quizá sea tratar de ofrecer algo de calidad y que explore caminos poco transitados. En España, por fortuna, hay un buen número de editoriales independientes que únicamente se preocupan por crear un catálogo sin fisuras.

¿Por qué centrarse en la poesía latinoamericana? ¿Miramos poco a los autores latinoamericanos?
Me temo que nos pierde nuestro complejo de superioridad europeo. Parece mentira que compartamos idioma y, sin embargo, apenas nos interesemos por la poesía que ahora mismo se está escribiendo en Latinoamérica, que, en líneas generales, es mucho más interesante que la que se hace en nuestro país. Desde que nació Ediciones Liliputienses tuve claro que tendría como objetivo tratar de crear puentes de conocimiento entre la poesía de allí y la de aquí. Que no fuese posible leer en España a maestros como Mario Montalbetti, Rocío Cerón, Martín Gambarotta o Sergio Raimondi era realmente imperdonable.

¿Por qué tiene sentido hacer un encuentro como ‘Centrifugados’ en Extremadura?
Justo aquí adquiere más sentido que en cualquier otra región. Porque seguimos mal comunicados con el resto del país. De ahí lo de “fugados del centro”. A mis amigos canarios les suelo responder, cuando se quejan del aislamiento de las islas, que dentro de la Península también existen otras insularidades. ‘Centrifugados’ creo que ha conseguido que Extremadura empiece a ser visible en el mundo de las letras en español. Un ejemplo: del encuentro se hablaba hace unos meses en la Revista EÑE, el suplemento cultural del prestigioso diario argentino Clarín. Y eso resulta fundamental en una época en la que nuestros jóvenes escritores se están viendo obligados a marcharse de aquí. En España, cuando alguien del mundo de las letras oye la palabra ‘Centrifugados’, automáticamente piensa en Extremadura.

¿Y por qué en Plasencia?
Yo soy de Cáceres, pero el Ayuntamiento digamos que no fue sensible a la propuesta que yo les presenté. Por decirlo de manera educada… No me ofrecieron ninguna facilidad; al contrario. En cambio el Consistorio placentino de mostró entusiasmado con el proyecto desde el principio.

¿Podría convertirse Extremadura en un imán cultural, a través de acontecimientos como este?
Desde luego que sí. Desde un punto de vista práctico, durante el fin de semana del encuentro, los hoteles y restaurantes de Plasencia están llenos. Pero el eco de ‘Centrifugados’ se mantiene vivo durante el resto del año. A todo ello hay que unir el irresistible atractivo de nuestro riquísimo patrimonio. Extremadura lo tiene todo para poder convertirse en uno de los focos culturales más importantes de Europa. Eso ya lo intuyó Wolf Vostell. A nosotros nos toca hacerlo realidad.

 

EDUARDO VILLANUEVA /

Artículo anteriorNueve años de premios en unas líneas
Artículo siguienteMaría Pérez – Cineasta. Premio Avuelapluma al Cine: “El sector audiovisual está en peligro de extinción”

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí