La policía belga cifró en 45.000 personas la asistencia a la manifestación independentista que el jueves pasado tuvo lugar en Bruselas, convocada por ANC y Òmnium Cultural en apoyo a la independencia de Cataluña y para instar a la Unión Europea a modificar posición sobre esta crisis. A la movilización acudió el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que reside en la capital belga tras su huida de España.

La capacidad de movilización del Independentismo Catalán quedó otra vez fuera de duda. La cantidad de personas que acudieron a la cita belga fue casi el triple de la de Extremeños que estuvieron en Madrid reclamando un tren digno para la región. No podemos comprar Extremadura y Catalunya en población y nivel de renta. Solo es un dato para reflejar la capacidad de movilización del independentismo catalán. Todo, para llevar su causa al corazón de Europa en su objetivo de internacionalizar el conflicto. Eso sí , su error de concepto es mayúsculo. En esa manifestación se acusó a España de no ser una democracia, sino lo fuera, España estaría inmediatamente fuera de la Unión.

Para entender esto sólo había que escuchar a Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, la misma mañana del 7 de Diciembre. Timmermans explicó de forma nítida porque la Unión Europea no interviene en la crisis catalana: «Todos los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para expresar una ambición, un deseo político de cambio. Lo que decimos en la Comisión Europea, sobre el Estado de derecho, es que si no estás de acuerdo con la ley, puedes cambiar la ley. Si no estás de acuerdo con ella, puedes organizarte para cambiar la ley y la Constitución. Lo que no es permisible en un Estado de derecho es simplemente ignorar la ley, utilizar un voto democrático -no entro en detalles sobre si el voto lo es o no- para ignorar la ley. Esto en un Estado de derecho no funciona. Porque si aceptamos el razonamiento de que ‘tengo la mayoría y soy yo el que digo lo que quiere decir la ley sin respetarla’, lo utilizas contra los que no están de acuerdo contigo, y estos podrán usarlo contra ti una vez que tengan la mayoría».

Y no comprender esta frase es el error del independentismo catalán. Como creo que tengo derecho a decidir, a organizar un referéndum o a proclamar la independencia me salto el Estatut de Catalunya y la Constitución Española. Violo el marco de convivencia y fracturo la sociedad. Y lo peor de todo es que esto no lo hacen con el 90 por ciento de los votos sino sólo con un 45/50 por ciento. Sin duda, esta manifestación de Bruselas seguirá cimentado el delirio independentista y la fractura entre españoles. Y todo en el corazón de Europa.

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