Con ánimo de discrepar
Víctor Casco

Durante la pasada huelga del 8 de marzo, la actual – al menos mientras escribo estas líneas – Presidenta de la Comunidad de Madrid, optaba por despreciar la movilización de las mujeres apelando a que ella iba a hacer “huelga a la japonesa”. Esfuerzo, mérito, trabajo, ¡el sacrificio! … son frases habituales entre nuestros políticos liberales, que suelen acumular varios sexenios apegados al cargo público, que conjugan con su clasismo despectivo hacia “los pobres”.

Esfuerzo, mérito, trabajo y sacrificio es el que tienen que hacer cientos de hijos de obreros para pagarse sus estudios, manteniendo sus becas y trabajando los fines de semana en bares y discotecas. Si te llamas Cifuentes, eres rico, o formas parte de la crema del poder, te basta con tirar de chequera e influencias y comprarte el título que más te guste.

Los electores perdonamos todo, incluso que estén al frente de las instituciones auténticos vagos y sinvergüenzas

Varios son ya los hechos probados en el caso Cifuentes y su presunto máster universitario de la Rey Juan Carlos I: que se matriculó tres meses después de acabado el plazo, que no fue nunca a clase y que no acudía a exámenes. Lo admite y lo justifica diciendo que es habitual que los profesores se adapten al horario de los alumnos (sic) y que se hacen trabajos complementarios en vez de exámenes si se solicita (re-sic). ¡Y a mí que jamás me ofrecieron esas flexibilidades en mis años de carrera! Añadan ahora, además, una mano amiga que te cambie las notas en el registro universitario para aprobarte, que te falsifiquen un acta para darte un título y que te ahorres presentar el llamado “Trabajo Fin de Master” obligatorio porque, total, pa qué perder el tiempo.

No le demos más vueltas. Se llama descarado trato de favor. Cristina Cifuentes tiene la Universidad Rey Juan Carlos I como su cortijo, ella y el PP. Es la Universidad Pública del pijerío popular. Algo que me molesta especialmente, porque al menos antes, estos chanchullos se hacían en las universidades privadas, que para eso están: para que los hijos tontos de las familias pudientes del país tengan su título comprado o para que políticos como Cifuentes puedan presumir de máster sin haber dado un palo al agua.

Y ahí tienen ustedes a Cristina Cifuentes. Aguantando. Porque aquí, los electores perdonamos todo, incluso que estén al frente de las instituciones auténticos vagos y sinvergüenzas. Mientras tanto, el partido de la renovación yeye, Ciudadanos, ya ha dicho que seguirán sosteniendo a la Presidenta de Madrid pero con cara de enfado.

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