
El Ingreso Mínimo Vital llega ya a 36.284 extremeños (20.649 adultos y 15.635 menores), dentro del 1.176.187 personas que reciben esta prestación en el resto de España.
Así, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escribá, señaló durante la jornada de ayer, lunes, que son por tanto cerca de 1,2 millones de personas las beneficiadas actualmente por esta prestación y que, «ya hay poca gente en cola» esperando la resolución de sus peticiones.
De la misma manera, ha asegurado que el Gobierno, en colaboración con las ONG, está trabajando en «más de 30 itinerarios» para fomentar la inclusión de estos beneficiarios al mercado de trabajo.
A la vez, ha criticado este lunes a quienes llaman «paguita» al Ingreso Mínimo Vital (IMV) y aseguran que esta prestación desincentiva a la gente que la recibe a trabajar.
En su opinión, el término «paguita» es un «insulto intolerable» y «peyorativo» y demuestra la «ignorancia» de quienes lo usan sobre lo que significa «la pobreza y la exclusión social».
Durante su intervención en el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, Escrivá ha insistido en que hay personas y familias que, por distintas circunstancias, entran en la «trampa de pobreza de la que es extraordinariamente difícil salir». Por esta razón, el Estado les debe darles «cierto apoyo económico», que les permita mantener «cierta dignidad» y debe poner en marcha «mecanismos que lleven a sacar esas personas de ese círculo vicioso».
▶️El Ingreso Mínimo Vital ha llegado a casi 1,2 millones de personas y colectivos muy vulnerables, como las familias monoparentales, normalmente encabezadas por mujeres
▶️Muy pronto aprobaremos el sello social y el incentivo al empleo para impulsar la inclusión de los perceptores pic.twitter.com/8ZJNF13us6— José Luis Escrivá (@joseluisescriva) June 13, 2022
Es en esta línea, ha argumentado que «el éxito» del IMV no se ha de medir en cuántos se benefician de él, sino que se verá «cuando se sepa cuántas personas han transitado» desde la situación de pobreza en la que vivían antes de recibir este ingreso, a una situación de inclusión en el mercado laboral.
Como ejemplo, ha puesto la situación de las familias monoparentales que, según ha indicado, en su mayoría son mujeres solas con uno, dos o tres hijos, que «no pueden compatibilizar» el cuidado con el trabajo. La consecuencia directa de esta situación, según Escrivá, es el «subempleo». A estas familias, según ha señalado el ministro, hay que ayudarlas en «formación y alimentación de esos niños». «Es una responsabilidad social absoluta», ha declarado.