El día 22 de marzo tiene un protagonista mundial: el agua. Hace ya más de 30 años que esta fecha sirve como recordatorio de la importancia que tiene este recurso para la salud, el desarrollo, el bienestar y, en definitiva, la vida. Fue a principios de los noventa cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la creación de un día internacional dedicado al agua: el líquido básico para la vida en nuestro planeta.
Cada 22 de marzo, se busca concienciar a la población sobre la vital importancia del agua y el papel fundamental que desempeña para el desarrollo y evolución de las personas. Ya desde la antigüedad, por ejemplo, las primeras civilizaciones buscaban establecerse cerca de fuentes de agua dulce para aprovechar sus propiedades en la agricultura, la higiene, el transporte y la producción de alimentos. Desde entonces, la vida cotidiana de las personas ha girado en torno al acceso al agua, convirtiéndola en un recurso vital para el progreso de la humanidad en todas sus facetas: el agua es motor de vida, desarrollo y prosperidad, y según Organización de las Naciones Unidas (ONU), aproximadamente 2.200 millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua potable gestionada de forma segura, lo que obliga a 115 millones de personas a beber agua contaminada.
Por su importancia y su escasez, y porque no debemos esperar a que falte para valorarla, el Día Mundial del Agua es una fecha idónea para recordar los hábitos que hacen que, independientemente de la situación meteorológica e hidrológica, gestionemos el agua desde nuestros hogares con la responsabilidad que se merece.
En la actualidad, en Cáceres, el embalse de Guadiloba, que abastece a casi 100.000 habitantes, se encuentra en valores por encima de los históricos en idénticas fechas, con un 88% sobre su capacidad máxima y algo más de 18 hm3 almacenados. Sin embargo, esto no significa que debamos confiarnos.
En un día como hoy, hay que recordar que el agua es un recurso imprescindible, y debemos cuidarla, usarla y gestionarla de manera eficiente, independientemente de la situación hidrológica, dado que no sabemos cómo se comportarán la primavera y el verano en cuanto a precipitaciones, cada gota que se ahorra es valiosa.
Afortunadamente, los ciudadanos son cada vez más conscientes de la importancia de usar el agua de manera responsable. Muchos cacereños demuestran este compromiso en su vida diaria, con acciones cotidianas que ayudan a mantener una demanda sostenible de este recurso limitado.
Canal de Isabel II, junto con el Ayuntamiento de Cáceres, ofrece en su web recomendaciones para un consumo eficiente en casa. Estas incluyen acortar el tiempo en la ducha, cerrar el grifo mientras nos enjabonamos, usar la lavadora y el lavavajillas a carga completa, e instalar economizadores en los grifos y cisternas de doble descarga en el inodoro: gracias a estos gestos, cada uno de nosotros “podemos llover” y contribuir a mantener lleno nuestro embalse. Estos gestos sencillos, cuando los practica una gran colectividad, pueden marcar la diferencia.