Lunes de papel /
EMILIA GUIJARRO

En este invierno crudo, no sé si más o menos que los de hace años cuando los carámbanos colgaban de los canalones o los charcos se cubrían con una delgada capa de hielo, hay gente que pasa frío, no en la calle, sino en su casa, familias que no pueden encender el brasero, porque no hay dinero ni para lo más básico que es poner un plato de comida en la mesa.

Y lo mismo ocurre con el agua corriente, en Mérida los vecinos afectados por los cortes de agua participaron la semana pasada en una protesta que tenía por objeto exigir al Ayuntamiento de Mérida que se implante una tarifa social del agua y de esta forma impedir que se corte el suministro de agua cuando el motivo sea el desempleo Sólo en Mérida, el campamento Dignidad presentó en el registro municipal un documento que recoge 3.437 firmas que secundan esta petición.

El grupo parlamentario socialista hemos presentado una propuesta de impulso para ayudar a estas familias a combatir la pobreza energética, para evitar que el invierno sea más invierno para unos que para otros. Pedimos 100 litros de agua y 5 kw día por domicilio afectado.

Uno de cada tres niños viven en situación de pobreza, y esa es una realidad que nos asalta por la calle

Pedimos esta exención porque las circunstancias actuales han degradado tanto las condiciones de vida de tantos extremeños, que sólo hay que ver lo que ocurre en algunos barrios de nuestra ciudad. Lo decimos nosotros y lo dice Unicef y Save of the Children, que uno de cada tres niños viven en situación de pobreza, y esa es una realidad que nos asalta por la calle mientras vemos como sociedad se divide en dos grupos bien diferenciados, los que se reparten la riqueza a manos llenas y acumulan el poder y el dinero y los que están con una mano adelante y otra detrás.

Hoy la pobreza ya no está oculta, no hace falta verla por la calle, porque la información llega a todas partes y los medios de comunicación se cuelan en los hogares, cámara en mano, para mostrarnos a la gente envuelta en mantas dentro de sus casas, pantallas de televisores apagadas, luz de velas.

Los médicos alertan de los riesgos para la salud de extensas capas de la población, las enfermedades comunes y las crónicas de recrudecen por el frío, es un elemento añadido a los otros factores de riesgo, pero a las grandes compañías no quieren que se les escape ni un solo céntimo, nada escapa a la voraz rapiña de los accionistas. No buscamos culpables sino soluciones.

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