Nacido en la localidad cordobesa de Montemayor, Manuel López estudió Medicina en la Facultad de Córdoba, pero fue en el Complejo Hospitalario de Cáceres donde, entre 2006 y 2010, realizó su formación MIR. Se formó en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, aunque como médico de familia sólo ejerció unos meses antes de iniciar dicha formación. Tras finalizar ésta, su dedicación exclusiva ha sido en la Medicina de Urgencia Hospitalaria y Emergencia Extrahospitalaria.

¿Por qué eligió la especialidad de Urgencias?

Porque es una especialidad que, aunque sin profundizar, exige conocimientos de todas las disciplinas, es eminentemente clínica y te permite la realización de alguna que otra técnica.

¿Cómo ha evolucionado?

Sin duda la evolución en la Medicina de Urgencias está marcada por la evolución en la formación de los profesionales y los avances en métodos y técnicas de diagnóstico. Todo ello permite, cada vez de manera más precoz, descartar o confirmar una patología urgente en un momento concreto.

En general, ¿cuáles diría que son hoy los retos fundamentales de la especialidad de Urgencias?

El reto principal está implícito en la pregunta, que el médico que diagnostica las urgencias y trata las emergencias sea “especialista” en dicha materia, y que futuros médicos residentes puedan aspirar desde el principio a una formación enfocada a ser el médico de las urgencias y las emergencias.

¿Y las principales necesidades y demandas de sus médicos?

Quizás sean utópicas, pero falta educación sanitaria y eso va en detrimento del buen funcionamiento del primer nivel asistencial, lo que lleva implícito la sobrecarga asistencial de los servicios de urgencia hospitalaria.

En su opinión, ¿qué se necesita para ser un buen médico de Urgencias?

Un buen médico de urgencias debe tener una serie de conocimientos y habilidades que le permitan abordar y resolver con la misma competencia tanto una patología banal como una situación emergente en la que pueda estar comprometida la vida del enfermo en un corto espacio de tiempo. Debe ser tenaz, con sentido común y, ante todo, debe ser buena persona.

«Un buen médico de Urgencias debe ser tenaz, con sentido común y, ante todo, debe ser buena persona»

¿Qué tareas específicas realiza?

Realiza una atención integral a todo tipo de pacientes, sin distinción de edad o sexo, con una patología aguda, que puede ser potencialmente grave e incluso poner en riesgo la vida; teniendo una serie de habilidades técnicas diagnósticas y terapéuticas, y con el apoyo de técnicas de diagnóstico de laboratorio y de imagen.

¿Cuáles son las patologías que más se ven en Urgencias?

Fundamentalmente patología médica, respiratoria, cardiovascular y descompensación de enfermedades crónicas. Otros motivos de consulta que siguen en frecuencia son la patología traumatológica y los pacientes pediátricos.

¿Podrían la mayoría de ellas haberse visto y resuelto en otros servicios sanitarios extrahospitalarios?

Dando la vuelta a la pregunta, la mayoría no han hecho uso del primer nivel asistencial, ya sea usando la vía ordinaria o la urgente.

¿Abusamos mucho los usuarios de las Urgencias?

Más que abuso hay mala gestión de los recursos. Si permanentemente hay colapso del primer nivel de atención, el usuario opta cada vez más por eludir ese filtro y acudir por voluntad propia a la atención especializada.  

¿En qué casos deberíamos acudir?

Cuando se sea derivado por un Médico de Familia, ya sea de forma ambulatoria o de forma urgente; o bien, habiendo sido valorado ya en un servicio de urgencia hospitalaria y sufra empeoramiento de los síntomas por los que ingresó.

¿Debería establecerse o regularizarse un uso más racional de las Urgencias?

Ya existe un modelo de uso racional de las urgencias, pero la población sigue desconociendo cuál es el cauce normal a seguir. Hay que seguir educando para el aprovechamiento óptimo de todos los recursos.

¿Es quizás el mal uso que hacemos de las Urgencias la causa de problemas como el estrés o la presión que afecta a muchos facultativos de estos servicios, o hay otras causas?

Qué duda cabe que la presión asistencial es causa del estrés que sufre un médico de urgencias y emergencias, pero es más si cabe la propia patología que tratamos la que genera ese entorno estresante, que dura poco, que engancha y que muchas veces, por suerte, gratifica.

En su caso, ¿cómo es un día normal de trabajo? ¿Dispone del suficiente tiempo y los adecuados recursos?

El médico de urgencias y emergencias está siempre alerta y en disposición de trabajo, las 24 horas del día y los 365 días del año, con lo cual la máxima es priorizar la atención y los recursos sanitarios en función de la gravedad.

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