El test de diagnóstico rápido, cuyo funcionamiento es similar al de los test de embarazo, lo pueden hacer los profesionales sanitarios en los domicilios de los pacientes sospechosos de padecer el nuevo coronavirus, lo que otorga una «importante» ventaja frente a la PCR. Así lo ha asegurado la investigadora del Área de Virología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Inmaculada Casas, quien además forma parte del Comité Científico Técnico del Comité Científico Técnico del Coronavirus.
La PCR, cuyo uso es común y rutinario en los laboratorios de Microbiología de hospitales, centros de investigación y universidades, se basa en las características de estabilidad al calor de una enzima polimerasa, cuyo hallazgo y posterior aplicación mereció el Premio Nobel de Medicina, concedido a Kari Mullis y Michael Smith en 1993.
Mediante esta técnica, utilizada desde el inicio de la pandemia del coronavirus, se localiza y amplifica un fragmento de material genético, que en el caso del coronavirus es una molécula de ARN. Si tras el análisis en un laboratorio de Microbiología de una muestra respiratoria de una persona sospechosa de estar infectada, la prueba detecta ARN del virus, el resultado es positivo y se confirma que padece el Covid-19.
Ahora bien, si la técnica de PCR no detecta el material genético del virus, la persona no estaría infectada. Además, cuando hay una sospecha clínica importante se debe realizar otra prueba para asegurar que el paciente no está infectado por el virus. En este sentido, la experta ha reconocido que la PCR presenta cierto grado de complejidad, por lo que necesita personal entrenado y preparado para su realización
Características del PCR y del test rápido
En concreto, sus principales características pasan por la alta especificidad, ya que puede diferenciar entre dos microorganismos muy cercanos evolutivamente; la alta sensibilidad, porque puede detectar cantidades de 20 copias/ml, o incluso menos, de material genético viral; y, finalmente, su precocidad porque se detecta virus en las primeras fases de la infección respiratoria.
Ante estos, han aparecido los test de diagnóstico rápido, que permiten conocer en 10-15 minutos (la PCR tarda varias horas) si una persona está o no infectada. Esta herramienta no se ha utilizado hasta que no se ha contado con un buen número de pacientes infectado para poder caracterizar los anticuerpos no se ha podido desarrollar.
«A diferencia de la PCR, estos test rápidos no identifican el ARN del virus, sino que detectan, o bien anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre, que es otra manera de conocer si el paciente está o ha estado infectado, o bien proteínas del virus presentes en las muestras respiratorias de exudado nasofaríngeo. Además de la rapidez, estos test presentan otra ventaja muy importante en el momento actual ya que pueden realizarse en el domicilio de un caso sospechoso, siempre supervisado por un profesional sanitario.
Se basan en una inmunocromatografía en papel, es decir, una plataforma que tiene ‘pegados’ las proteínas del virus para detectar anticuerpos o anticuerpos específicos para detectar las proteínas del virus. «Gracias a estas herramientas rápidas se podrá mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología, den un resultado negativo mediante los test rápidos, lo que permitirá liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud”, ha zanjado la experta.