Dudas de papel
Goyo Tovar

Supe y anduve con aquel camarero que durante más de media semana trabajaba como albañil y aprovechaba sábados, domingos y festivos para emplearse como camarero. La buenas lenguas decían que en el corte de la obra de la hostelería era un monstruo sirviendo cubatas, tirando cañas o deschapando botellas de refrescos a manos limpias y desnudas cuando las prisas acuciaban; perder tiempo buscando el abridor era agobiarse cuando disponía de unos dedos rústicos, poderosos y repletos de callos y durezas que también da el cemento en las pieles. Era la época en la que los señores inspectores de trabajo descansaban durante los fines de semana y donde la amabilidad social consentía a los empresarios trabajos blanquinegros con pagas generosas; quizá porque la evasión de las obligaciones con la caja de la Seguridad Social lo permitía. Hoy me topo con un autostopista algo preocupado porque ya hace diez minutos que debería haber llegado al corte y aún nos queda carretera que recorrer. Me cuenta que es camarero en un bar que está en una calle que tiene muchos bares, que comienza a trabajar a la una y que termina a las doce y media de la noche, que está contratado por dos horas, que como es lo que hay, pues hay que tragar, que apenas le dan para los libros de las crías, que si la clientela es abundante le dejan salir un pelín más tarde,… y yo le pregunto que si tiene papeles. Y me dice que no hay papeles. Vamos, que es un dreamer. Y entonces me acuerdo de las últimas declaraciones de la señora Ministra del Paro, que antepone esta gloriosa época de creación de empleo a la pasada, que nunca esta España ha gozado de tanta plenitud laboral, de esta primavera tras el verano invernal, de tanto crecimiento, de tanta exportación, de tanto turista gastoso, …y que no hay que preocuparse por los indicativos del mes de agosto porque siempre ha sido así. Y comienza a leer lo que dicen sus papeles, que tiene muchos. Así que comienzo esta etapa con unas cuantas dudas en la talega; de si la Inspección de Trabajo sabe más, de si los sindicatos pueden seguir soportando su credibilidad, de si este es un lío mayor que el catalán, de si el mundo empresarial contempla algo de solución, de si me engaña el que dice que trabaja como camarero, o es la señora Ministra de Trabajo la que adultera…

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