borbon_elefante

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Eduardo Villanueva

No importa que te apellides Bárcenas o Borbón, la ingeniería financiera ha creado una industria prodigiosa para ocultar dinero al fisco, vengas de donde vengas.

Hablamos de apellidos que han nadado en la impunidad. Porque eso de que Hacienda somos todos es el mejor ‘claim’ de la historia de la democracia española, pero se queda en eso, en un slogan desmontado por el señor Montoro y el traje a medida creado por el PP, y denominado amnistía fiscal, que –en pleno siglo XXI—se ha convertido en la mayor máquina de lavar dinero negro.

Pero volvamos a los Borbones, porque mientras a los españoles les han recortado hasta el sueño, hay 8 apellidos borbónicos que resulta que solo paga un misérrimo porcentaje de su fortuna a Hacienda. Hasta 8 Borbones con cuenta en Suiza y Panamá, compartían testaferros con el señor Rato y otras ratas de las alcantarillas financiera.

Todos ellos familiares del rey mata elefantes, el campechano (¿se acuerdan?). Hay que reconocerle algo a Juancar, y es que abrió la veda, con su mala pata, para que la prensa ¿libre? de España comenzara a informar sobre una de las familias más mafiosas que pueblan la geografía nacional, y que –con sus andanzas—están llenando horas de pantalla catódica y páginas de revistas y prensa.

Eso sí, la monarquía ha sido el primer partido político en darse cuenta de que era necesaria una transformación, y el cambio de cromos que practicó (de Juancar a Felipe; por aquello de que todo cambia para que todo siga igual) no ha cerrado esa puerta, por la que se sigue filtrando la basura que acumula el apellido Borbón.

Ninguno. Ninguno de los gobiernos de la democracia han detectado nada a lo largo del tiempo sobre las irregularidades financieras de los Borbones. Que han entallado sus cuentas en una madeja de empresas y un entramado societario que resulta complicado desentrañar para la Hacienda española, que está más anticuada que ‘Cine de barrio’.

Apellidos de tan alta cuna que acaban con sociedades de tan baja estofa.

A los borbones habría que meterlos en la casa del ángel exterminador de Buñuel y que Telecirco televisara el devenir de los acontecimientos, al estilo Gran Hermano.

Y de paso el CIS cocinando encuestas para comunicarnos que eso de la corrupción no hace mella en el voto al PP (el voto al PSOE es otro cantar. Y ellos mismos han sido valedores de mantener una institución corrupta hasta las trancas, por mucho que ahora intenten también jugar al cambio de cromos con Pdr Sncz).

En fin. No sé quién dijo eso de “guardemos el pesimismo para tiempos mejores”, pero razón no le faltaba.

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