Con los rigores del frío, Extremadura se calienta con una serie de festejos ancestrales que se convierten en la mejor expresión del patrimonio cultural que atesora esta vasta región. La estampa de los espacios naturales en esta época del año también supone una gran apuesta para disfrutar los días más fríos del año

1. CASCADAS Y CHORRERAS

En invierno la naturaleza también se abre paso en Extremadura e invita a rondar por laderas y senderos. Las cascadas son el plato fuerte de Extremadura en invierno, aunque este otoño haya sido particularmente seco, no os podéis perder las cascadas de La Meancera en el Gasco, Los Angeles y la del Chorrituelo en Ovejuela, la cascada de las Nogaleras en Navaconcejo, la cascada de Caozo en Piornal, la chorrera de Hervás y la cascada del Diablo en Villanueva de la Vera.

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2. JARRAMPLAS DE INTERÉS NACIONAL

La internacionalidad de esta fiesta ancestral ya se coronó en enero de 2014 con la reseña que hizo la revista TIME, eligiendo una imagen de este festejo extremeño entre las mejores del año. El furor por el Jarramplas también ha llegado a Japón, con medios nipones cubriendo este festejo que ya es de Interés Turístico Nacional. Ahora, el municipio jerteño de Piornal está ya haciendo acopio de miles de kilos de nabos (en torno a 20.000), para festejar la onomástica de San Sebastián (los días 19 y 20 de enero). El misticismo del Jarramplas sigue traspasando fronteras, por su colorido, su espectacularidad y su difuso e inabarcable origen. Además, desde Piornal (ubicado a 1.200 metros en la Sierra de Tormantos), se obtienen las vistas más espectaculares del Valle del Jerte. Y en esas fechas sueles estar nevado. No se puede pedir más.

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3. EL RINCÓN DE LOS BARRUECOS

Si Plasencia destaca por ser la perla del Jerte y tener cerca el Parque Natural de Monfragüe; Cáceres tiene a un tiro de piedra el Monumento Natural de Los Barruecos (Mejor Rincón de España 2015). Un atractivo sin parangón dentro del turismo de naturaleza a nivel nacional, también en invierno. Aquí el sol golpea sobre los bloques y hace que un día de invierno sea un placer para cualquier caminante. Un lugar para perderse, rodeado de avifauna y lagunas que invitan a la relajación.

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4. LAS CANDELAS EN ALMENDRALEJO

Bajamos hasta Badajoz para celebrar Las Candelas (en honor a la virgen de la Candelaria). La noche del 1 de febrero la ciudad de Almendralejo se deja conquistar por el fuego, que se lleva a los malos espíritus. El municipio arde durante toda la noche, originando un espectáculo sin parangón. Su origen se remonta a la fundación romana de la ciudad, aunque desde el siglo XVII simboliza la purificación de lo viejo y los malos espíritus a través del fuego. El espectáculo comienza el 1 de febrero a las 20.00 horas en la Torre de los Almendros. Allí, el repique de campanas da paso al encendido de la Candela Oficial.

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5. FESTEJO ANCESTRAL EN ACEHÚCHE

La onomástica de San Sebastián no se ciñe solo al pueblo más alto de Extremadura. En Acehúche se celebra otra fiesta de sabor ancestral: las Carantoñas. Un festejo que mezcla la tradición cristiana con elementos paganos, donde los mozos se visten con una peculiar vestimenta, que está compuesta por unas seis pieles, que llega a pesar más de 14 kilos. Un festejo cargado de simbolismo y misterio, que comienza al caer la tarde del 19 de enero, cuando la mayoría de los acehucheños se dirigen a la entrada del pueblo para recibir al tamborilero, quien recorre las calles del municipio. Ya el día 20, San Sebastián, tiene lugar la ‘Alborá’, cuando el tamborilero va despertando a quienes se disfrazarán de ‘Carantoñas’; que a su vez despertarán a todo el poblado para ir a tomar las migas con café que previamente han preparado los mayordomos. Una fiesta que ya es un referente cultural y que destaca por ser emblemática, mística y con acervo cultural. Declarada de Interés Turístico Regional desde 1987.

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6. TRUJILLO, MARAVILLA RURAL

Trujillo acaba de ser nombrada Maravilla Rural (la segunda, junto a Las Hurdes) de España. Y con razón, porque es una de las villas más monumentales de Extremadura. Subir a su castillo del siglo IX solo puede ser eclipsado por su imponente Plaza Mayor. El atardecer en Trujillo es mágico en invierno, donde se puede contemplar desde lo alto, hasta quedar atrapado en las sombras del castillo.

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7. QUINTA DENOMINACIÓN UNESCO PARA EXTREMADURA

El invierno es una época perfecta para visitar Guadalupe. Naturaleza, historia y gastronomía se funden con un entorno privilegiado: el del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, que ha conseguido la categoría de mundial, según la decisión tomada por la Asamblea General de la UNESCO. Es absolutamente imprescindible descubrir su importante valor geológico y ecológico, que se ha convertido en uno de los principales alicientes del turismo de naturaleza. Con el Geoparque Mundial UNESCO, Extremadura cuenta ya con cinco denominación UNESCO: la Ciudad Monumental de Cáceres (1986); el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, (1993), el Conjunto Arqueológico de Mérida (1993) y la reserva de la Biosfera de Monfragüe (2003).

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Eduardo Villanueva /

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