Lunes de papel /
Emilia Guijarro

Cuando Europa había escuchado, conteniendo la respiración, que en Holanda se había contenido al populismo de extrema derecha, la sorpresa llegó de la mano del líder de la socialdemocracia holandesa. Holanda, hasta lo que yo conocía, era un país abierto, permisivo, multicultural, que ha sufrido a causa del populismo un retroceso en su apertura y muchos temimos que incluso podría acabar con su pertenencia a Europa, en línea con lo ocurrido en el Reino Unido.

Superado el susto, los resultados electorales descubrieron una caída espectacular en votos de la socialdemocracia. El Partido de los Trabajadores neerlandés ha pasado de 38 escaños a 9, en una catástrofe electoral sin precedentes. Si algunos se preguntaban la causa, las declaraciones de su líder han desvelado el porqué.

El presidente del Eurogrupo ha hecho unas declaraciones impropias del relevante puesto que ocupa. Decir que los países del Sur (Grecia, Italia, España y Portugal) nos gastamos el dinero de las ayudas europeas en «alcohol y mujeres» denota el profundo deterioro del discurso social. Estas declaraciones serían intolerables en un camionero, en alguien sin formación, o dichas en la barra del bar, pero escandalizan mucho más en un político que ocupa un lugar tan alto en las instituciones europeas. El Eurogrupo es un órgano de coordinación de políticas financieras que se reúne una vez al mes y está presidido desde 2013 por Dijsselbloem, uno de los pocos miembros que pertenece al grupo de los socialdemócratas europeos.

Cuando oí sus declaraciones, no pude menos que acordarme de aquellas beatas que daban una perra gorda a un mendigo y le decían ¡a ver si se lo va a gastar en vino!.»Alcohol y mujeres», un discurso que delata un tufo machista y xenófobo. En boca de este individuo, no somos más que un elemento de diversión para los hombres, supone una cosificación de la mujer reducida a mero objeto de consumo, de gasto superfluo.

Llega esta andanada después de que el europarlamentario polaco de extrema derecha, haya saltado a la fama por decir que las mujeres éramos seres inferiores y por ello debíamos cobrar menos salario. O que un actor como Mario Testi, diga que el mejor » regalo» que le habían hecho era una jovencita.

Por estas declaraciones el Eurogrupo debe pedir la dimisión de su presidente, si no lo ha hecho ya cuando lean estas líneas.

Y eso sí, cuando se tome unas vacaciones, que no venga a España a emborracharse como hacen generosamente algunos de sus compatriotas.

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