Palacio de la Isla
Palacio de la Isla

El Palacio de la Isla de Cáceres expone durante este mes de abril el programa de la fiesta de San Jorge de 1948, cuando aun no se habían incorporado ni la lucha entre moros y cristianos ni la quema del dragón.

La muestra se enmarca en el programa ‘Documentos del Mes’ de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cáceres, que recuerda que cada 23 de abril, desde hace siglos, Cáceres celebra la fiesta de su santo patrón San Jorge. Una fecha que tiene que ver con legendaria incorporación de la villa cacereña a los dominios del reino leonés un 23 de abril de 1229, día de San Jorge en el calendario cristiano.

Según explica, la conmemoración del patrón de la ciudad de Cáceres ha pasado por diferentes etapas a lo largo de su dilatada presencia en el calendario festivo local, que van desde las procesiones, encabezadas por el pendón de la ciudad, que finalizaban con un acto religioso en la concatedral de Santa María, hasta la actualidad donde la festividad va acompañada por diversas manifestaciones artísticas o escenográficas, sin olvidar el componente religioso.

Aparición del dragón

A partir de 1951, y bajo la influencia del obispo Llopis Ivorra, natural de la localidad valenciana de Alcoy, se instaura una nueva forma de celebración con la aparición de las luchas de moros y cristianos y la quema de un monumental dragón.

Estas incorporaciones han ido evolucionando de tal forma que, en la actualidad, el día de San Jorge se realiza un desfile multitudinario con decenas de dragones y amplia presencia social que «han convertido esta celebración en uno de los mejores referentes festivos de Cáceres», que supone una fiesta con un amplio programa de actividades que pretenden acercar esta conmemoración histórica y vernácula a los cacereños de toda condición.

El documento que se expone es el programa de actividades de la celebración de San Jorge en 1948, cuando aún no se habían incorporado ni la lucha entre moros y cristianos ni la quema del dragón.

Un programa que se centraba en la celebración religiosa y una serie de actividades culturales de carácter teatral, deportivo o bibliográfico. A estas actividades se sumaban las hogueras de los barrios y la gran hoguera que efectuaba el Ayuntamiento.

Diferentes maneras que la vieja villa cacereña ha tenido, a lo largo de la historia, de celebrar a su santo patrón, que vino de lejos para eternizarse en el calendario festivo de las gentes de este lugar.

FuenteAvuelapluma/Europa Press
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