Mi ojito derecho /
CLORINDA POWERS

El otro día, María Dolores de Cospedal casi se cae. El incidente ocurrió el 18 de octubre, a las puertas de un juzgado de Toledo, donde Cospe casi se había citado con Bárcenas. Digo casi porque en realidad la había citado un juez, que mola bastante más.

La prensa recogió el incidente en una imagen nítida y fantástica de Cospe de espaldas, abrazándose a un árbol, y mostrando al mundo su culo, su nítido y fantástico culo. Si soy sincera, me costó unos segundos reconocerla: nunca la hubiera imaginado con ese culo. Buen culo, sí, señora. ¿Sabrá Cospedal que, en italiano, la expresión che culo! significa ¡qué suerte!?

Su culo me parece de una grandeza extraordinaria. No tanto por el ¡qué culo! sino por el che culo!. Lo que quiero decir, es que su suerte es tan grande y extraordinaria como su culo. Pero, por la Virgen, a ver si se le acaba pronto, y de paso se acaban también sus apariciones, sus declaraciones, sus mohines, sus salidas de tono, sus silencios, sus burlas, su caradura, su poca vergüenza, sus ideas, su arrogancia, su ignorancia y, en general, su farsa. Supongo que el juez, si es justo, juzgará a Cospedal por sus delitos. El resto podemos seguir juzgando su culo… y deseando que lo pierda mientras corre por las calles de Toledo, llenas de tremendos árboles con tremendas ganas de abrazarla.

NOTA: minutos antes de enviar este texto, los medios publican que “La juez archiva el caso de la destrucción de los discos duros de Bárcenas”. Pues eso, qué vaya culo tienes, Cospedal.

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