Casi dos millones de cerezos en flor vestirán las laderas del valle más popular de Extremadura.
Casi dos millones de cerezos pueblan el Valle del Jerte. Centenares de ellos ya han protagonizado el conocido como ‘despertar del valle’ (del 21 al 27 de marzo) que ha inaugurado las fiestas del Cerezo en Flor, coincidiendo con la exhibición del cartel de este año, a cargo de Mikel Urmeneta, de la empresa vasca Kukuxumusu.
Este espectáculo de la naturaleza es, probablemente, el atractivo más singular que presente la región extremeña. El manto blanco ya es una realidad desde el pasado fin de semana y, según la previsión de los expertos, alcanzará su máximo esplendor este primer fin de semana de abril. Aparte del espectáculo sin parangón, lo mejor es que esas flores anuncian que dentro de varias semanas llegarán las cerezas y las famosas picotas, jugosas y que forman parte ya del ADN del norte de Cáceres y por extensión, de toda Extremadura.
La floración es un espectáculo efímero, que dura apenas 15 días y que se viene celebrando como se merece desde hace 40 años. «Con el paso de los años, la fiesta se ha renovado» —explican desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte— «de tal forma que en la actualidad se centra en mostrar la rica cultura, gastronomía y tradiciones de los jerteños a las cerca de 50.000 personas que visitan el valle coincidiendo con el espectáculo de la floración».
Cada edición, el Cerezo en Flor aglutina un mayor número de actividades, para dar oferta a los miles de turistas que visitan la zona del Valle del Jerte, Plasencia y sus comarcas durante estos primeros días de la primavera. Un entorno único, privilegiado y con su propio microclima. Una zona donde el cultivo artesanal de los cerezos en bancales (que se transmite de generación en generación) da como resultado una de las mejores cerezas del mundo: la Picota del Jerte, que luce el sello distintivo de la Denominación de Origen. Un producto internacional, cada vez más demandado y cuya producción se exporta hasta en un 60%.
Las Picotas del Jerte son un producto exclusivo que se distingue sobre todo por su sabor y dulzura. Hay que tener en cuenta que son las únicas cerezas que se desprenden del árbol sin rabito. Otras diferencias que la hacen única son: su textura, muy carnosa y mucho más crujiente que el resto de cerezas; son más pequeñas que el resto, miden entre 22 y 26 milímetros; y su sabor es más dulce y su color es muy intenso. Sólo hay cinco variedades certificadas con la Denominación de Origen Protegida. Cuatro de ellas pertenecientes al grupo de las Picotas del Jerte de características similares: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés, esta última, la más apreciada por ser la que más tiempo madura en el árbol al sol, y por tanto es la más dulce, y la única variedad con pedúnculo llamada Navalinda. Estos frutos son una fuente de salud puesto que contienen 8 vitaminas, hierro, magnesio y calcio, gran cantidad de antioxidantes y fibra, además de pocas calorías.Eduardo Villanueva /




























