Os dejo un baño de limpieza que sin duda atraerá sobre vosotros la suerte y el bienestar, también si no tenéis bañera se puede realizar en una ducha. Procede de la magia simpática de tiempo antiguos y lo recibimos a través de lo que conocemos de las tradiciones celtas, como en realidad se realizaba en el 21 podéis hacerlo el día de navidad. Yo en nochevieja, después de preparar las viandas, la mesa y los detalles en rojo, porque así os dejáis un ratito para vuestro recreo y embellecimiento y sobre todo para soltar tensiones.
Las mujeres celtas al anochecer de alguno de los días del solsticio realizaban una baño en el que se cubrían el cuerpos de hojas, ramas, plantas aromáticas y flores, allí dejaban sus carencias, todo lo malo, se limpiaban para entrar en un nuevo año, renovando su fuerza y sus poderes.
Al salir, se envolvían en los lienzos blancos, que es el color de las ceremonias (los wicanos hemos recuperado esa tradición dentro de las mismas casas), con la fecha universal del fin de año. Necesitas una prenda vieja de la que te quieras desprender y una nueva que no hayas estrenado aun, de color blanco si es posible.
Prende la vela. Haz una infusión con canela, albahaca y agua de rosas o pétalos de rosa, cuando este hecha que sea abundante añade sal gruesa y una vela blanca y vístete con la prenda vieja, pon junto a la bañera, a mano, la nueva, echa un puñado de sal al agua y la infusión de hojas y flores, si te bañas. Quítate muy despacio la prenda vieja y visualiza como si estuvieses desprendiéndose de una piel oscura, sucia. Con ese gesto dejas fuera todo la que te ha estado agobiando todo el año, tírala a una bolsa de basura a ser posible negra. Si te duchas, cuando la infusión este templada reparte la sal por tu cuerpo con un paño limpio de algodón, frótate la piel con la infusión, sin dejar ningún lugar y lo que te reste viértelo por encima de tu cabeza, siente como se va todo lo malo que había en ti, todo lo que estaba cortando tus caminos y las cosas o las situaciones que frenan de tu vida, recréate entonces en el baño o la ducha.
Imaginando situaciones que quieras vivir, secuencias, conversaciones, paisajes. Es bueno que antes hayas buscado ya aquellas cosas que quieres pensar. Cuando estés relajada, termina tu limpieza, sécate con una toalla si pudiera ser mejor sin estrenar y vístete con la prenda nueva. Hazlo muy lentamente, como si estuvieras poniendo sobre tu piel, otra piel, luminosa, suave y perfecta.
