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Hace más de cinco años que la gastronomía extremeña perdió a Eustaquio Blanco, que estuvo vinculado durante cuatro décadas al popular ‘El Figón de Eustaquio’ en Cáceres. Ahora, Manuel Espada, jefe de cocina en el restaurante-tapería Eustaquio Blanco ofrecerá una cena clandestina que se articulará como un homenaje al desaparecido chef.

¿Cómo van los preparativos de la cena?
Pues hasta dos días antes ni siquiera los cocineros sabemos el sitio elegido…

Esto os condiciona un poco, ¿no?
Exactamente, aunque el menú ya lo tenemos configurado. Pero la ubicación es importante para saber la estructura que queremos dar al evento. En cualquier caso, la cena se enfocará como un homenaje a Eustaquio, con sus platos preferidos, más relevantes y su buen hacer en los fogones durante 40 años como protagonistas. A él le hubiera encantado vivir este año en el que Cáceres está siendo la capital de la Gastronomía. Eustaquio fue uno de los promotores de conseguir esa capitalidad, con tantos años al frente de ‘El Figón’.

¿Ha decaído un poco el ímpetu de la capitalidad a estas alturas del año?
En cuanto al tema de la capitalidad, yo expresé a las administraciones, en las primeras reuniones, la necesidad de que al frente de la mesa técnica de la capitalidad hubiese al menos dos cocineros, que son los que irían evaluando cada mes y desarrollando eventos culinarios. Y eso creo que es lo que nos ha faltado.

Aunque la promoción mediática ha sido muy buena…
Absolutamente. Bueno, yo he de reconocer que hemos tenido un verano muy bueno en Eustaquio Blanco. De hecho, me atrevería a decir que de los ocho años que llevamos aquí, ha sido nuestro mejor verano. Notamos un gran aumento de los forasteros que abandonan el casco antiguo y hacen el esfuerzo de venir a comer a este restaurante, que está en una zona más urbana y común de la ciudad.
Tener turismo aquí arriba es un triunfo, porque —por lo general—el turismo se queda en las piedras.

La tapería tiene tirón…
Sin duda. Aquí tenemos buen pescado, buena carne. Y menú específico de la capitalidad (de 25 euros) que está siendo un éxito, que incluye ensalada de boletus, bacalao al ajoarriero con pimentón de la Vera, rollito de cordero relleno de ciruelas con salsa de pasas y nuestro postre estrella que es el biscuit de higo con miel de las Villuercas.
La gastronomía extremeña tiene mucho que enseñar y degustar. El pimentón, la Torta del Casar y el jamón de la dehesa extremeña nunca falla fuera de la región. Son productos estrella.
Por otro lado, las redes sociales e Internet juegan una baza importante en el boca a boca de este establecimiento.
En general, el turismo forastero nos pregunta por los platos de caza, las tradicionales migas y la sopa de tomate. Son platos muy demandados.

¿Cómo valoras la iniciativa de las cenas?
Me parece que ha sido una de las mejores de la capitalidad. Colaborar con ellos, que han reunido a la hostelería cacereao, me ha parecido un acierto. Yo sigo la misma escuela de Eustaquio y creo que entre nosotros no debe haber enemigos; somos todos compañeros.

Eduardo Villanueva /

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