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Si te viera Schopenhauer /
SERGIO MARTÍNEZ

Hay tanta oferta a las elecciones municipales y a la Junta de Extremadura, o al gobierno de Extremadura como a usted le plazca llamarlo, que esta puesta en escena del período electoral ha parecido por momentos un bazar de candidaturas. Y no me entiendan mal, me parece muy sano para la democracia que muchos ciudadanos quieran involucrarse en la política y cada vez haya más opciones para votar. De hecho un mayor prisma de opciones políticas muestra una sociedad más plural.

Por eso me sorprende la propuesta del actual presidente del Gobierno de Extremadura , José Antonio Monago, de impulsar una consulta popular para que gobierne la lista más votada. Es algo que no entiendo. ¿Por qué debe votar la lista más votada? Creo que todo viene de un confuso entendimiento de la política como cuota de poder y no como expresión final de la representación ciudadana.

Me explico, los partidos luchan estos días por votos, representación y cuotas de poder. Liderar las instituciones es lo que les preocupa, es decir, el poder, no los ciudadanos a los que representan. La política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos, además de una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad. O al menos, eso decía Aristóteles.

Si un partido no es capaz de dialogar no merece gobernar por mucho que sea la lista más votada

Esta reflexión quiere decir que no debería de importar tanto quién gobierna sino que las mayorías que se puedan conformar en cualquier momento gobiernen buscando el bien común del ciudadano. Pensarán que soy un utópico, pero es que me da pena ver políticos que no saben lo que significa de verdad la política y la responsabilidad y, sobretodo, el privilegio que supone representar a los ciudadanos.

Un partido puede ser la lista más votada pero si no es capaz de dialogar, llegar a puntos de encuentro con otras opciones, es decir, de resolver conflictos, no merece gobernar por mucho que sea la lista más votada.

El problema se agrava además en cuanto los ciudadanos nos vemos inmersos en esa espiral de lucha de partidos por las cuotas de poder y participamos de esa lucha como si la política fuera enfrentamiento y no diálogo. Desgraciadamente, creo que quedan dos semanas de lucha por cuota de poder y no de representación, que debería ser el espíritu real de la democracia.

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