El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado esta semana la inclusión de la Ermita Virgen de la Cabeza de Valencia de Alcántara (Cáceres) en el inventario de patrimonio histórico y cultural de la región.
La Ermita de la Virgen de la Cabeza está ubicada en una amplia zona granítica, valles, huertos frutales, alcornocales o castañares, además de plantaciones de eucaliptos en el tramo final del camino que lleva a la ermita.
Esta ermita, datada en el siglo XV, es una de las más antiguas de Valencia de Alcántara. Su origen se remonta al fraile Juan de Palos, miembro del convento franciscano de los Majarretes, quien se recluyó en este paraje retirado y edificó un oratorio, al modo de San Francisco de Asís.
Así se puede leer en la gastada inscripción pintada en una de las vigas del coro: «ESTE COXO Y ESTA XERMITA LOS MANDO ASER EL ERMANO JVAN PALOS A SV COSTA Y DE SVS BIENES PROPIOS EN NOVIEMVRE 8 DE 14».
Según Corchero Ramajo, este fraile lego era originario de la población onubense de Palos de la Frontera y posteriormente formaría parte de la expedición franciscana conocida como «los Doce Apóstoles de México«, encabezada por Fray Martín de Valencia, que en el año 1524 partió hacia el Nuevo Mundo.
La ermita fue construida por la familia Cid de Rivera, en el mismo lugar del oratorio de Juan de Palos, a consecuencia de un voto por la concesión de la hidalguía por parte de los Reyes Católicos a esta familia en 1498, según señala el DOE.
Este apellido sigue manteniendo el edificio y organizando la tradicional romería de lunes de Pascua. Cabe destacar que esta celebración que se remonta al menos al año 1791, y continúa realizándose en la actualidad con misa en la explanada, degustación de bollos de pascua y procesión por el entorno.
Igualmente, en el interior de la capilla se conservan numerosos exvotos, fruto de la devoción profesada por los valentinos a la Virgen de la Cabeza.
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Descripción del monumento
Destaca su entorno, con alto valor paisajístico, pues la ermita de la Virgen de la Cabeza está rodeada de bolos graníticos del cerro donde se ubica. Desde la base del promontorio, junto a la casa rural, parte una vereda empedrada que, tras recorrer 140 metros, llega hasta la ermita, a la que solo se puede acceder a pie.
Esta ermita es de pequeñas dimensiones, de 119 metros cuadrados de superficie construida (según ficha catastral), orientada hacia el este, asentada sobre los afloramientos graníticos propios de la zona.
Su cubierta es a dos aguas, excepto en su esquina suroeste donde parece haberse realizado un aumento de volumen, que cuenta con cubierta a un agua. En ambos casos se ha utilizado teja mixta.
La ermita posee además dos patios al aire libre, uno, orientado hacia el sur, por donde se entra, y un segundo, al este donde se sitúa la fachada principal.
Este segundo espacio está pavimentado con losas de granito y pizarra y cuenta con un banco corrido adosado perimetralmente a las paredes y tapias. Desde este patio se llega a un manantial, donde los feligreses pueden refrescarse.
La capilla presenta porche a un agua hacia este patio enlosado. Abre la portada en arco de medio punto, recercado con mortero de cal imitando piezas de cantería.
Además, la fachada presenta una espadaña con arquillo y cruz, aunque la campana es de fabricación reciente. La capilla propiamente dicha es rectangular, sin espacios para bancos, con bóveda de cañón.
A mano derecha, está una benditera de piedra berroqueña; las paredes están revocadas con cal y decoración con despiece de sillares. El coro es de madera.
La pared del fondo cuenta con tres poyos de cantería, a distinta altura, a modo de altar, todos ellos atestados de imágenes sin especial valor. La propia Virgen de la Cabeza, muy repintada, es una imagen de candelero, con el Niño y un elemento que parece incompleto (quizás un cetro).
Al norte de la capilla se encuentra una sacristía, se guardan aquí las andas de la Virgen. Desde ella, a través de sendas escaleras, se accede al coro y a un habitáculo para colocar las velas.
