Con su inconfundible estilo, mezcla de humor, crítica y una habilidad para saltar de género en género, Antílopez se ha ganado un lugar especial en el panorama musical. Aprovechando su próxima actuación en Extremúsika, hemos tenido el placer de charlar con José Félix López, integrante del dúo. Y como no podía ser de otra manera, la entrevista está cargada de risas y alguna que otra reflexión profunda.
Lo primero, Félix. Vuestro estilo ha sido definido como “chiripop absurdo-depresivo con catarsis tragicómica”. ¿Cómo lo resumirías en una palabra (si es posible)?
Con el tiempo, esta frase tan larga se ha quedado en el concepto de “Chiripop”, que es algo así como una música popular, cimentada en el folklore que nos ha rodeado, en la época que nos ha coincidido vivir, y siempre con una clave de humor, desde un punto de vista reflexivo, en el que primero nos usamos a nosotros mismos para hacer experimentos y sacar nuestras conclusiones.
Empezasteis en los bares y pequeñas salas, ¿cómo fue ese proceso de pasar de tocar en sitios pequeños a escenarios de grandes festivales?
Ha sido un lujo porque realmente nosotros, como bien dices, nuestro caldo de cultivo es la sala y somos dos artistas que se han criado en lo alto de una caja de Coca Cola, para intentar lanzar sus mensajes a la intemperie, a veces. Pasar de núcleos reducidos en el que siempre hemos conseguido cierto control, en el que el espectador es capaz de ver el espectáculo en directo, verte tan cerca, es capaz de comprender todo mucho más.
Nosotros lo primero que intentamos es ser muy sinceros con lo que hacemos y no hay nada más sincero que el directo. Esa relación público-espectador en grandes festivales aún nos sorprende, porque para nosotros es un regalo el poder hacer delante de la gente las canciones instrumentadas como las teníamos en la cabeza o como están en los discos.
Ahora tenemos más experiencia, tanto en el formato acústico, donde puedes vernos sólo con nuestras guitarras y voces, como en la oportunidad de conectar con un público más joven. Quizás antes no nos conocían tanto en la era de YouTube, y ahora, con tanta música y estilos diferentes, lo alternativo a veces queda en segundo plano. Por suerte, festivales como Extremúsika nos permiten llegar a los «extremos» de la «música».
Volvéis a Extremúsika. No es vuestra primera vez en este festival. ¿Qué significa para vosotros formar parte de esta edición?
Festivales como Extremúsika hay pocos, donde priman la calidad de la música, de los grupos, crear un todo que realmente sea un “United Colors of Benetton”, que en un solo lugar puedes hacer un viaje por todo el mundo con bandas de todas partes, con sus folklores y sus estilos… En un solo lugar eres capaz de llenarte de la música de casi todo el planeta. Cuanto más diversos son los carteles de los festivales, mejor son los festivales, y Extremúsika lo es.
El año pasado sacasteis vuestro último disco, Mutar fama, que ha tenido y sigue teniendo una gran acogida.
Sí, eso es. Estamos sacando ya canciones de nuestro nuevo disco y nuestra idea es despedirnos de Mutar fama como se merece. Lo que queda de año, vamos a terminar con la gira, “liquidar” este show, que es el que también vamos a hacer en Extremúsika. Haremos una horita muy divertida de todo lo que ha sido Antílopez desde el primer disco hasta este. Tenemos ganas ya de terminar con este proyecto, descansar un poquito y sacar la nueva gira con el nuevo disco.
¿Cómo es el proceso de creación de vuestras letras? ¿Os ponéis a escribir y decís: «vamos a ver hasta dónde llega esta locura», o tenéis un plan maestro?
Nosotros somos gente de tomar notas a diario. La realidad que nos rodea se escribe sola y nosotros, simplemente, somos como apuntadores de obras de teatro.
Lo que intentamos Miguel y yo es que nuestras canciones tengan una perspectiva muy diferente. Anotamos cosas durante todo el año y componemos a diario. Puede ser que compongamos de más y los excedentes se intentan colocar a otros artistas o a otros compañeros, porque también somos compositores. Podemos decir que somos una factoría de realidad e intentamos ser muy consecuentes con el camino que hemos elegido y la línea editorial que hemos metido en vena a nuestra gente; y ser muy honestos con lo que hacemos.
En vuestra música hay algo de crítica social, pero siempre con una sonrisa…
Realmente nos criticamos a Miguel y a mí como especie. Al final estamos aquí, para qué hablar de terceros o historias inconexas… Es difícil hacer esas canciones tuyas. Cuando tú tienes mensaje propio pero, además, hay universalidad en lo que estás tratando, va a crear algo en la gente: una canción, una emoción, un recuerdo…, y así se va hilando. Esa es la magia de la música. Intentamos con nuestra música que la gente que viva nuestra experiencia, se de cuenta de que hay un paso más allá y hay otra forma de hacer las cosas.
Sabemos que sois unos virtuosos en mezclar géneros musicales, ¿hay algún estilo que aún no hayáis tocado pero que os encantaría explorar en el futuro? ¿Quizá un tango psicodélico?
Ha sido todo fortuito, siempre miramos el bien de la canción. Por ejemplo, antes de ponerme a hacer mi canción, tengo en cuenta que hay vehículos musicales que son más folklóricos y menos del día a día de la gente. Eso con el tiempo ha creado todo un repertorio de estilos muy diferentes pero, como te digo, ha sido todo muy fortuito. Quizás por ese motivo es por el que las canciones han conseguido cierta distinción. Al salir de los patrones clásicos, tanto el espectador que nos sigue como nosotros mismos, hemos conseguido que sea rico el repertorio.
Somos virtuosos en el sentido humano, de ser curiosos, de no estancarnos en la medida de lo posible, pero más allá de eso, nosotros no somos pioneros en nada más que en ser alegres y felices, y transmitir calidad en lo que hacemos.
Y para cerrar, ¿qué mensaje le enviaríais a vuestro público antes de veros en Extremúsika?
Nos gustaría que la gente que venga a vernos a Extremúsika no sea ella misma. Que aproveche la coyuntura para no ser ellos mismos porque si durante la semana o durante el año estás harto de verte y de ser la persona que a lo mejor no quieres ser, yo creo que Extremúsika y el rato que estemos en el directo, la gente que pueda venir a vernos, que disfrute de no ser ellos mismos por un momento y disfrute de la magia de la vida en directo y, si puede ser bailando nuestras canciones, será una gozada para nosotros y para el público. ¡Eso espero!