El Palacio de la Isla de Cáceres muestra, como Documento del Mes de julio, un bando municipal del 31 de octubre de 1910. El texto consiste en una advertencia para que los vecinos que criaran cerdos de cebo en la ciudad no pudiesen sacar a los animales por las calles. Además, les obligaron a instalarse en las afueras de la población, en concreto a más de un kilómetro del casco urbano para evitar la propagación de la viruela.
Para ello se concedía un periodo de cuatro meses para poder ejecutar la orden que promulgó el entonces alcalde, José Acha Gutiérrez. La misma forma parte de los fondos documentales del Archivo Histórico Municipal que cada mes saca a la luz alguno de sus secretos.
En esta ocasión es un bando municipal, que se convierte en fuente documental porque informa de las normas que establecen los municipios ante problemas cualquier problema que afecte a la población.
Los bandos sobre temas sanitarios y de higiene tienen mucho que ver con las enfermedades infecto-contagiosas que de forma cíclica azotaban a las poblaciones. En este caso el propio alcalde explica en el bando, que las nuevas normas son debidas a la no desaparición de la viruela, una de las enfermedades más mortales durante siglos, que diezmó poblaciones y que llevaba varios años presente en Cáceres.
Este virus mortal, que en el mejor de los casos provocaba ceguera y rostros marcados, se asociaba al contacto con espacios donde hubiera animales. En esta ocasión, con los cerdos que convivían en las mismas casas con sus criadores en pleno casco urbano.
El documento se corresponde tanto con el propio cartel del bando para ser expuesto en los diferentes establecimientos públicos de la ciudad, como el recordatorio que cuatro meses después se hace, para que el vecindario sepa a qué atenerse en caso de contravenir la orden del consistorio local, informa el Ayuntamiento cacereño en nota de prensa.
