Aleksei-German-008

Reflexiones de un tenor /
Alonso Torres

Aleksei German murió en 2013 dejando como obra póstuma, “Qué difícil es ser Dios” (durante 45 años de carrera realizó seis largometrajes), una película, según Carlos Reviriego, “de otro mundo, sobrehumana”, ambientada en un planeta paralelo al nuestro, Arkanar, donde son mandados unos científicos (terrícolas) para que ayuden a pasar desde su Medievo (duro, chungo, oscuro y trágico; hay mucho de Hieronymus Bosch en él) a un Renacimiento luminoso y esperanzador. Mas no deben, los enviados, inmiscuirse en demasía, solo actuar en la “gran historia”, ¿perooooo, pero quién no sería Dios si le diesen la oportunidad para ello? (a mí que no me llamen).

Estando en su tumba, o sea, ya muerto, el señor German escuchó el consabido “Talitá kum” y se levantó como Lázaro, resucitó, y le dio, además, por hacer un ultimísimo filme (“Cuando flamea el ocaso y los caballos se estremecen”). Reunió a su equipo de siempre, les habló de cierta luz y de mucha oscuridad, ¿cálida, tibia?, del más allá y del más acá, dejó que le hicieran preguntas, aportó datos, unos creíbles y otros no tanto, contestó directamente, aclaró dudas e incógnitas, o por lo menos lo intentó, y se pusieron manos a la obra. Es, la película del resucitado director ruso, la historia de una venganza contra los malvados, de una lucha, denodada, contra el mal (“solo el amor nos redime en estos tiempos infaustos”, no sé quién lo dijo). Un hombre, durante un musical (German, en su “postumísima” obra, ha convertido “El código Da Vinci”, je, je, en una obra “de culto” para friquis: la gente va disfrazada, sobre todo, de Virgen y de Cristo, pero también de apóstoles y de “estilo cuero negro sado”, y canta, y grita, y recrea las escenas mientras come palomitas y se tiran unos a otros pétalos de rosa), digo, que alguien, durante una representación teatral, tiene una revelación y se encamina, después, en plan Erinia (diosa de la venganza), a DisneyLandParís a luchar contra la perversidad de mancillar, violar y matar a los infantes, pues es allí, en dicho parque temático, rodeando y asediando a los niños, donde los miserables más y mejor actúan. Ni que decir tiene que Disney le ha interpuesto una querella criminal y ha pedido que se retire, ipso facto, de las salas de cine. Qué le importará eso a Aleksei, que ha vuelto a abandonar este mundo por segunda vez, y ahora ya sí, para siempre. Y tras ascender en carro de fuego al reino de los cielos, está sentado a la derecha del Padre. Amén.

Es, la película del resucitado director ruso, la historia de una venganza contra los malvados

<<Ese día el extenuado Simeón dirá por fin, “ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz”; y el arcángel San Gabriel anunciará a María, “alégrate, llena de gracia, el Señor, es contigo”; y exclamará el doctor Fausto, “¡he aquí el instante! Prolóngate y detente”; y todos aquellos cuyos nombres estén inscritos en el Libro de la Vida comenzarán a cantar: “¡regocíjate, Isaías!”; y Diógenes apagará su farol; y habrá bondad y belleza, y todo estará bien y no habrá sino ternura y primor>>, esto pronuncia el protagonista de la película (guión y título de Venedikt Eroféiev) cuando tiene su Apocalipsis y se dispone a exterminar el mal de la faz de la tierra. (otra vez) Amén.

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