Las crónicas de Cora
Cora Ibáñez

Juan Jesús Ortega Almeda

Hoy, en Las paredes del Gran Café, el tucán nos cuenta una historia, casi siempre entre el silencio atronador del murmullo de una selva y que, escondido, relata cómo se transforma un fondo y luce con relieves de colores vivos que resaltan a su alrededor. El negro profundo de sus pensamientos va tejiendo y rodeando un relato como si cada pincelada fuera un símil de letras en un cuadro.

La flor del poeta aparece junto a un elaborado trabajo cromático donde hace su aparición toda una gama de verdes que se mezcla en sus pinceles dentro del arte más narrativo, arrastra sus emociones e inunda de sabor fresco y menta la pequeña simbología de una clavellina.

Vuelve a mirar el tucán a través de los ojos de Juan Jesús Ortega y dirige su atención hacia los troncos caídos y las ramas sueltas que expresan la vida y muerte de historias reales y nos conduce  hacia las anchas hojas de los árboles del Cambur.

Juega con la sensualidad que despierta, a veces, el erotismo callado que, luminoso, se desprende de los colores incandescentes del amor y trabaja la profundidad de un cuadro para que parezca que su idea se vierte por los costados del lienzo y consigue esa continuidad que ofrece la individualidad de sueños sumergidos, otra vez, en su propia selva.

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1 COMENTARIO

  1. Precioso comentario de nuestra poeta Cacereña Cora. Muchas gracias por tan bellas palabras que dan más vida aún a mis cuadros.

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