Los dramas de la tele

La bruja Circe

La que se ha montado porque Belén Esteban ha puesto sus ovarios sobre la mesa y ha dicho, me voy.

En realidad la 1 ha llevado a este grupo de comunicadores a hacer de monitos de feria, pero poniéndole dos jóvenes pastores que se presume van a ser estrellas a costa del trabajo , la fama y el carisma de esta gente.

Han sido llevados para hacer sus gracias pero las menos veces, se les deja hacer una monería, eso sí, si permanecen en la jaula.

Como Belén ha dejado sacar los trapos más o menos ocultos de Lina Morgan, que pasea por el éter hace años y que fue más discreta aún de lo que el tiempo de represión lo requería es absurdo, no supone reto ni información.

El tirón de Belén Esteban y de Matamoros en su papel de malo, o de María Patiño, como duende saltarín y descubridor de secretos, es más que asombroso.

Como haciendo en contra de la escalera lo que mejor saben hacer, ser ellos mismos han duplicado la audiencia y atraído las miradas y comentarios.

Y qué podemos aprender de eso, que aunque creamos que el pueblo es ignorante, palpan cuando hay autenticidad, cuando nos expresamos con sinceridad y cuando somos capaces de arriesgarnos por ser como somos.

De todas las situaciones de la vida podemos aprender y ver más allá de lo que nos muestran, que además es un bonito ejercicio de lógica y entendimiento.

Lo auténtico, no tiene precio… ¿pero lo aceptarán los jefazos?