Historias de Plutón
José A. Secas
Hace un año, por estas fechas, ya andábamos pensando en Plena Moon. Al principio, estaba previsto que empezara en la luna llena de mayo pero no se estrenó hasta julio. La última fue en octubre. Solo se celebraron tres porque la de septiembre se suspendió por lluvias. Ya es parte de algunos de nosotros. Entre muchas personas (generosas, comprometidas, sensibles, solidarias, artísticas… ) conseguimos hacer un evento distinto y los #plenamooners que participamos nos sentimos muy orgullosos por haber puesto en marcha este movimiento. Tenemos recuerdos y experiencias documentadas y recogidas y, las mejores, atesoradas en nuestra memoria. Muchos de los que no pudieron unirse tanto como quisieron y se sienten #plenamooners en el mundo entero, están esperando también que empiece la temporada 2020.
En la luna llena de octubre del 19 se otorgó el Primer Premio Plena Moon a Monserrat Soto y a los cuatro días le daban el Premio Nacional de Fotografía. Eso es muy guay. En la luna de febrero inauguramos la exposición de fotos, cuadros, carteles y un mural, en la luna de marzo nos juntamos en una fiesta muy entrañable donde contamos nuestros planes para este año, pero el 13 de marzo, nos cambió la vida. Comenzamos un periodo totalmente nuevo. Comenzó el confinamiento. Desde entonces, de verdad, sentimos como la Tierra gira sobre su eje alrededor del Sol cada día, cómo se adentra la primavera y también comprobaremos cómo la Luna es fiel a su cita.
Necesitamos experiencias positivas compartidas que nos vinculen a la mejor versión que cada cual tenga de sí mismo
El próximo miércoles 8 de abril, a las 21:36, los cacereños veremos salir la luna llena. Los que vivan más al Este, la descubrirán antes. Esa noche, ya llevaremos mucho tiempo (casi cuatro semanas) encerrados en nuestras casas. Seguro. No estaba previsto, ¿verdad?. Ese día es Miércoles Santo y, evidentemente, no se iba a celebrar Plena Moon. Todo ha cambiado.
Ahora, niños, mujeres y hombres, de todo el mundo, estamos encerrados en nuestras casas. Conectados, eso si. (bueno, qué se os puede contar que vosotros no sepáis…). Estamos asistiendo a un hecho inaudito y no hay referencias (ni claras perspectivas). Se están creando movimientos humanitarios y solidarios y conexiones imposibles de concebir hace unos cuantos días, que nos hacen sentir la necesidad de ser personas; seres humanos unidos más que individuos aislados. Necesitamos, entre otras cosas, experiencias positivas compartidas que nos vinculen a la mejor versión que cada cual tenga de sí mismo y de su capacidad para saber vivir en estos tiempos inciertos.
Se pueden hacer tantas cosas la próxima luna llena para vivir el espíritu de Plena Moon: Compartir por las redes sociales información —bulos no, gracias— científica, pinturas, dibujos y diseños, canciones o composiciones musicales —suban las listas—, escritos y poesías (propias, famosas, descubrimientos …), que contengan a la luna o dedicados a ella, sencillamente, observar la luna, apagar las luces y encender velas (ahorraremos energía) y poner la más chula en la venta para que se vea y se contagie, vestirnos esa noche de blanco y/o negro, hacer y compartir recetas y cenar alimentos inspirados en la luna o en esos dos (no) colores, como pizzas con tinta de calamar y queso mozzarella, hacer ritos, bailar con y por ella, jugar con los niños a juegos “tematizados” en la luna llena, hacer fotos chulas de la luna y de todo lo anterior y compartirlas invitando a participar. Tantas cosas se pueden hacer…
Quienes promovemos este movimiento global, y todos los #plenamooners repartidos por este planeta, deseamos que la próxima luna llena de abril se celebre con sentimientos, actitudes, acciones y gestos que nos unan al resto de los seres humanos y nos aporten experiencias vitales positivas bajo a la luz de la luna llena y bajo el concepto Plena Moon. En Cáceres lo tenemos fácil para contagiar al Mundo entero, ¡Vamos a hacerlo, #plenamooners!
