Un tablero sin casillas. Un juego sin contrincantes. Unas reglas que cambian según quién mire… En la nueva exposición de la Sala de Arte El Brocense, ‘Pluma, tintero y papel’, María Romero Pérez convierte tinta, papel y fotografía en estrategias para atenuar la incertidumbre, ordenar el caos y resolver enigmas. Sus obras son, como ella misma explica, “el espacio en el que puedo jugar al ‘hacer como si’ y llevar al límite los simulacros”, un lugar donde inventar y obedecer reglas con seriedad para explorar temores, dudas o búsquedas.
El título, tomado de una canción infantil para saltar a la comba, marca el ritmo de toda la exposición: repetición, precisión y una cierta dosis de azar. Con construcciones de papel y tinta diseñadas para ser fotografiadas, Romero fabrica certezas efímeras; la repetición implícita en su proceso amortigua los miedos y convierte el acto creativo en un ritual catártico.

Su manera de practicar el juego cumple una función de autorrepresentación, como señala Gadamer, y responde a una necesidad imperiosa de alinear la parte más mental con la más emocional, en sintonía con la idea de Schiller de que jugar puede cerrar la herida abierta entre naturaleza y razón.
La entrada a la exposición es, como siempre en la sala ubicada en la calle San Antón, es gratuita y se podrá visitar hasta el 11 de octubre de martes a sábado, de 11:00 a 14:00 horas y de 18:00 a 21:00 horas.
La artista

María Romero es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y formada en fotografía de autor en EFTI. Romero ha mostrado su trabajo en salas de todo el país y ha recibido premios como León es Photo o Emergentes de BFOTO. Su reciente libro, Taxonomía del desorden, continúa explorando ese territorio fronterizo entre imagen y palabra que aquí despliega en toda su amplitud.
‘Pluma, tintero y papel’ es, más que una exposición, una invitación a entrar en un juego muy serio, de esos que empiezan en la sala pero continúan, de alguna manera, cuando sales de ella.