Cetrería
Junta de Andalucía/Europa Press

La Junta de Extremadura ha declarado este miércoles la Cetrería en la región como Bien de Interés Cultural, como la trashumancia y las fiestas de peloche, con carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.

El Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles esta declaración de la cetrería como Bien de Interés Cultural, ya que se trata de «una práctica viva, reconocida y compartida» por la comunidad cetrera como «parte integrante y representativa de su patrimonio cultural».

Así lo ha destacado el portavoz de la Junta de Extremadura, Juan Antonio González, en rueda de prensa este miércoles en Mérida tras el Consejo de Gobierno, en la que ha destacado que esta declaración supone un «reconocimiento y protección de esta modalidad cinegética tradicional realizada con aves rapaces».

Según ha explicado el portavoz, «esta actividad se abre cada vez más a la sociedad extremeña por medio de campeonatos o de certámenes», como el último que ha tenido lugar en el Campeonato de Extremadura de Altanería y Bajo Vuelo que se ha celebrado en Llerena.

La cetrería, una tradición milenaria

Además, esta actividad es experimentada como «una vivencia colectiva que refuerza los lazos identitarios, con sus significados y símbolos compartidos, con unos conocimientos propios que se transmiten de generación en generación», y con aspectos como los rituales de su acervo tradicional, un vocabulario específico así como «una artesanía manual, infundiendo un sentimiento de pertenencia al grupo, que recrea constantemente este patrimonio», según señala el Ejecutivo regional.

La cetrería se basa en una tradición milenaria, compartida en más de 70 países, que también ha encontrado en Extremadura un desarrollo notable, destacando como una actividad respetuosa con los animales y sostenible con la naturaleza que ha sabido adaptarse al devenir temporal en distintos contextos geográficos.

En la actualidad, añade el Ejecutivo regional, se trata de una «expresión de conocimientos acumulados en la relación hombre-naturaleza y una forma de sociabilidad en torno a un patrimonio», que fue reconocida en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

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