El valor del trabajo

La bruja Circe

Es justo y encomiable rendir tributo a todos aquellos que trabajan cada día para que la situación se mantenga contenida en este caso del caos que ha creado esta pandemia. Desde este mismo lunes otros más que se va a incorporar, arriesgándose. Tendrán que usar transportes públicos, o ir a los campos, las fábricas, los lugares de producción y de transformación de distintos productos. ¿Y os habéis preguntado por qué es necesario que esos trabajadores continúen su labor? Es fácil de responder. Porque el trabajo, sea de los pequeños empresarios o de los asalariados, es lo único que produce, que mantiene en pie un país, que crea riqueza. De acuerdo en que el capital invierte, en una fábrica se puede gastar cientos de millones, pero si no tiene trabajadores, estará parada, sola, vacía, muerta.

Ya sea una mina de diamantes o una pequeña fábrica familiar de productos artesanales, es el trabajo el que hace despegar la idea, el trabajo el que le da forma y la hace ser productiva. Creo que ahora que tenemos tiempo, deberíamos reflexionar sobre esto. Tanto el capital, la empresa o los políticos, como los propios trabajadores, pensar en el valor del trabajo y sobre la importancia de reconocer que cada uno de ellos es fundamental. Tan imprescindible es el que gestiona los recursos de la nación, como el que mantiene limpia las ciudades y recoge las basuras. Cada cual en su sitio todos deben tener claro que son imprescindibles para el entramado social y que cada uno ha de ser compensado de forma que mantenga su vida y familia, de forma proporcional a sus responsabilidades y conocimientos si, pero dentro de unos parámetros de equidad y respeto.

No puede haber mayor orgullo que un trabajo bien realizado, bien acabando, con precisión e interés, para eso claro se necesita que el trabajo sea valorado y remunerado.