Historias de Plutón
José A. Secas
Muy probablemente te gusta la música. Tienes tus canciones y estilos preferidos, pero sabes apreciar los sonidos, las melodías, los ritmos… y disfrutas de ello. Es casi seguro que también gozas de la belleza en toda su extensión. Eso es bueno. Puedes enorgullecerte del explendor y de la historia de tu ciudad única con la misma facilidad con la que te sientes atraído por el tacto de un tejido natural confeccionado con elegancia sobre un cuerpo en plenitud. Por ejemplo. También es muy probable que te seduzcan las palabras perfectamente dispuestas para provocar emociones en tu alma sensible. Te veo una persona disfrutona y ávida de nuevas oportunidades de volver a transitar por la parte buena de la vida.
Has pasado con pena y sin gloria por encima de una pandemia y compartir momentos especiales que generen bienestar en un clima tranquilo es casi una necesidad. Con los tuyos o con otros seres humanos que vibran en tu misma frecuencia buscas una calma viva. Te encanta saborear pequeños detalles, sentirte parte de un universo positivo que se ensancha desde ese rincón del alma que mantienes engrasado para disfrutar de las cosas buenas de la vida. Eso se llama buena disposición.
Te gusta el brillo de los ojos de los niños cuando ríen, te deleitas con un sabor exquisito en tus labios o una imagen evocadora desplegándose para que la hagas tuya y la captures para siempre. Eres consciente de que te empapa y fluyes en una energía brillante y poderosa que respiras, irradias y contagias porque te sientes bien, muy bien. Estás en el lugar oportuno en el momento preciso. Sabes que estás aquí.
Te sientes feliz y agradecido porque has descubierto el tiempo perfecto en el que todos tus deseos se condensan y las circunstancias se conjugan para desplegarse ante tus sentidos y poner en tus manos una especie de felicidad que solo se puede sentir bajo la mágica y hermosa luz de la luna llena. Por fin has deducido cuál es el mínimo común múltiplo. Se llama Plena Moon.
