Desde mi ventana
Carmen Heras
Verán ustedes, la realidad es lo más potente que hay, y las causas de ella están ahí para que las veamos. Si queremos, podemos seguir actuando de manera miope, gastando el tiempo en banalidades, escuchando y creyendo muchas tonterías. Todo eso no evitará que lo importante, sin resolver, llegue a su debido tiempo y nos arrolle.
“Cumplir sin gastar” es una máxima de lo más extendida, un clásico en las relaciones humanas. Utilizar algo, que no es propiamente tuyo, para quedar bien con aquel a quien se lo regalas. Como el dependiente que agasaja al comprador con un “monería” de la empresa y así lo recuerden, o el bedel que regala fotocopias a cargo del presupuesto general de la institución en la que trabaja.
Por eso, no sería la primera vez que viéramos a alguien “cumplir” con otros, actuando de este modo. Ejemplos parecidos a los del párrafo anterior, los hay a miles y de lo más logrados. De un tiempo a esta parte sufrimos un desenfoque en las definiciones, y ya no son lo qué eran. Hemos desterrado el rigor. En la apreciación y en el análisis. Según de quien vengan lees unos comentarios u otros. A veces, plenos de “cabezonería”. Aprendes por qué puede sobrevenir cualquier guerra civil, con causas mucho mas complejas y enredadas que esas versiones de “buenos” y “malos”, “derechas” e “izquierdas”, con las que algunos pretenden interpretarlas. Aunque, por lo visto, ahora se pueda cambiar el relato de la historia y “quitar” o “poner” a sus protagonistas solo porque estos pudieran haber caído, o no, en desgracia en algunos foros. Puro revisionismo, ya saben.
Pero hay cuestiones demasiado evidentes y que nunca cambian, aunque se pretenda convencernos de que algo está sucediendo por primera vez. La construcción de dossiers contra el adversario, por ejemplo, la critica mala y por lo bajini en las filas propias, la crueldad manifiesta y ruin en la toma de decisiones contra los más cercanos (lo llaman “dar ejemplo”), la frivolidad en el análisis, la influencia de los aspectos físicos de las personas, su disponibilidad, etc.
Si la elaboración de dossiers sobre los “enemigos” lleva a la elaboración, por éstos, de dossiers sobre los primeros y la extrema polarización ideológica de una parte conduce, por acción-reacción, a una defensa numantina de lo “nuestro”, por la otra, y todo ello se acepta como práctica habitual en la vida pública, no parece descabellado pensar que (entre tantas clases de ardides) algunas de las “promesas” hechas a terceros no sean viables, ni siquiera en la intención. Solo propuestas a “humo de pajas”, ya que desde el principio se tiene la seguridad de que no serán realizables: nunca contarán con los apoyos suficientes de las Cámaras para salir adelante. Estaríamos ante una interesante jugada que descargaría la responsabilidad de la no ejecución de los proyectos en otros y permitiría seguir obteniendo el voto y apoyo de aquellos que los requieren, pues no es culpa de quienes inician el proceso el que nunca llegue a término sino de quienes ponen todo tipo de barreras (votaciones en contra, etc) a los mismos.
Serian entonces, oh paradoja, todos cuantos protestan y se rasgan las vestiduras, los grandes cooperantes en la estrategia de aquellos a quienes dicen aborrecer y estarían contribuyendo al mantenimiento de las alianzas y continuidad de un determinado gobierno…Vaya, vaya…