El Ciclo de Música Contemporánea del Museo Vostell Malpartida, que este año celebra su 26ª edición del 12 al 21 de septiembre, se ha consolidado como uno de los eventos culturales más importantes de Extremadura en su género. Charlamos con su coordinador, Alberto Flores, sobre las novedades, el impacto y los desafíos de este ciclo.
Este año el Ciclo de Música Contemporánea cumple 26 ediciones, ¿qué valoración haces de la evolución del evento a lo largo de estos años?
Cuando el ciclo comenzó en 1999 estaba abriendo nuevos caminos en Extremadura. Empezó con un enfoque muy preciso que nunca se ha abandonado, marcado por el espíritu que anima al Museo Vostell Malpartida y por la vinculación de Vostell y Fluxus a la música. Pero en más de cinco lustros la música ha cambiado mucho: por ejemplo, la música electroacústica era más habitual en el cambio de siglo que ahora. Pero, si miramos al espejo retrovisor, creo que la exploración de determinadas líneas temáticas es ahora más completa. Con el paso del tiempo, los asistentes han podido conocer mejor la música electroacústica -que fue central en el primer tercio de la historia del ciclo, gracias al gran José Iges- o la poesía sonora y fonética -que centró recurrentemente nuestra atención desde 2004 hasta 2013- mientras que otras líneas temáticas, como las conexiones con las músicas de tradición oral, aún deberían tener más recorrido. También es muy importante señalar que desde el año 2001 visita el museo al menos un grupo o un artista portugués. Quien haya podido asistir a todos estos conciertos también se ha ido informando de la historia de la música exploratoria en el país vecino.
¿Cuáles son las principales novedades de este año?
Es la primera ocasión en la que estará disponible un servicio gratuito de autobús para este ciclo. Estos autobuses saldrán de la cacereña Plaza de Obispo Galarza, que en muchas otras ocasiones ha sido el lugar de salida “hacia otros planetas”, hacia actividades atípicas celebradas en el museo, pero nunca hasta ahora se habían contratado específicamente para el Ciclo de Música Contemporánea.
También es una novedad que el ciclo dé comienzo en la sede cacereña de la Filmoteca de Extremadura, donde se recordará al recientemente fallecido compositor y artista estadounidense Phill Niblock, cuyo legado estará también presente en el propio museo, donde se exhibirá una película suya durante todos los días de duración del ciclo. Aquí también hemos procurado ofrecer una visión lo más completa posible, en este caso del trabajo de Phill Niblock y de otros artistas, amigos y colaboradores. Niblock creó una práctica cinematográfica única, en la que sonido e imagen no están sincronizados, que seguramente sorprenderá a las personas que se acerquen a la Filmoteca o al Museo.
¿Cómo surge la colaboración con la Filmoteca de Extremadura y qué aporta al ciclo?
Surgió justamente hace un año, cuando el mismo día de la presentación de los contenidos del XXV ciclo en rueda de prensa nuestros responsables institucionales mostraron su interés en realizar algún tipo de programación expandida. Poco después conocimos la triste noticia del fallecimiento de Phill Niblock y de inmediato pensamos en organizar algún evento en su memoria, y qué mejor sitio para ello que la Filmoteca, dado el carácter visual y sonoro de las películas de Niblock. Phill había coincidido con Wolf Vostell en Nueva York y, de hecho, estuvo a punto de visitar el museo en la primavera de 2020… pero nos encontramos con una pandemia. Le hacía mucha ilusión estar en un museo del que había oído hablar en Estados Unidos. Estaba prevista una pequeña gira con paradas en Phonos (Barcelona), el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (Córdoba), el Centro José Guerrero (Granada) y el propio Museo Vostell Malpartida. Aunque sí pudimos hacer un concierto online, desde Barcelona y Nueva York, que coincidió con el Día Internacional de los Museos de 2020.
En cuanto a la posible aportación de esta programación expandida en la Filmoteca, esperamos que el público cinéfilo conozca y disfrute una forma muy peculiar de entender el arte, la música y el cine. Puede decirse que en estas películas el sonido y la imagen circulan por separado, y que es el espectador quien los hace converger en su cabeza. Por un lado ofrecemos nuevos formatos, por otro intentamos que nuevos públicos puedan acceder a realidades culturales en las que creemos firmemente.
La programación incluye conciertos, proyecciones y actividades educativas. ¿Qué objetivos perseguís con esta diversidad de propuestas?
Hemos procurado ofrecer una visión lo más completa posible presentando cada actividad en el lugar que consideramos más apropiado. Existen muchas maneras de leer el mundo, y también existen muchas formas de escuchar. Por otra parte, durante muchos años hemos venido escuchando a artistas plásticos decir que utilizan los medios que les posibilitan expresar mejor una idea. En cierto modo esta diversidad de propuestas es algo similar, porque el principal objetivo es la experiencia del público. La sala de la Filmoteca de Extremadura en Cáceres es impresionante y las actividades educativas pretender difundir nuevos saberes a toda la sociedad.
¿Cómo ha respondido el público en ediciones anteriores? ¿Esperáis una mayor afluencia este año?
El público suele responder muy bien. Muchos artistas internacionales nos han dicho que han tenido más público en Malpartida de Cáceres que en Londres, París o Berlín, donde existen circuitos muy activos pero minoritarios. Y también les gusta mucho que en Malpartida no tienen la sensación de que el público les está examinando, que es lo que tristemente sucede en otros contextos más especializados. Hemos comprobado, a lo largo de los años, que nuestro público escucha muy bien. En cuanto a la afluencia, que nunca debería ser tan importante como la transformación de los asistentes, esperamos que el servicio gratuito de autobús nos permita superar las cifras que hemos alcanzado en el pasado.
¿Qué papel juegan las actividades educativas en el ciclo y cómo contribuyen a su éxito?
Pensamos que las actividades educativas son esenciales cuando lo que se está ofreciendo al público son aventuras sonoras y musicales. Por ejemplo, es muy importante la charla que Barbara Held ofrecerá antes de las proyecciones en la Filmoteca, porque además de situar a Niblock y su círculo de amigos artistas en un contexto histórico ofrecerá pistas sobre cómo aproximarse a una práctica audiovisual que es ciertamente disidente. Y lo mismo sucede con las actividades educativas que se celebran en el museo. Más allá de la creación de nuevos públicos, que también es importante, es una maravilla que músicos que generalmente poseen un rico universo propio y un fuerte compromiso con una práctica artística o musical expliquen su trabajo de un modo ameno y cercano. Nadie puede decir “esto no lo entiendo”.
¿Qué no se puede perder el público de esta edición?
No debería perderse nada. Aunque me atrevería a señalar lo novedoso de las proyecciones en la Filmoteca de Extremadura y de los collages audiovisuales de People Like Us, cuyo trabajo ha podido contemplarse en la Tate Modern, la Whitechapel Gallery o el Barbican en Londres, en el Centre Georges Pompidou de París o en el Sónar de Barcelona. Quizás People Like Us sea el nombre más famoso y el que aparece en las portadas de las revistas, pero posiblemente sea la segunda semana la que encaja más naturalmente con el rico universo de Fluxus, y tanto el encuentro entre Dr. Truna (Andrés Blasco) y Mike Cooper como el concierto de los portugueses Von Calhau parecen haber sido creados para nuestro museo.
Para finalizar, ¿qué mensaje quieres transmitir al público sobre esta nueva edición del ciclo?
Me gustaría compartir una frase pronunciada por Wolf Vostell en 1973: “Son las cosas que no conocéis las que cambiarán vuestra vida”.
