La Bruja Circe
Dedico este pequeño homenaje a los mayores, aislados por esta pandemia, despreciados y estigmatizados por muchos, hasta he leído en alguna publicación de ignorantes que los jóvenes están condenados a trabajar para pagar sus pensiones. Siento vergüenza de esa descortesía y siento pena por esa ignorancia.
Si de repente no quedara nadie mayor de setenta años, ¿creíste acaso que todos los jóvenes podrían tirarse a dormir? Los mayores, algunos de cien años, han edificado esta casa, son los cimientos de esta sociedad, lograron con su esfuerzo que se crearan las universidades donde estudian los sanitarios, los científicos, los investigadores, cambiaron las leyes que te han permitido estudiar, ser libres para comprar vender, trabajar o estudiar independientemente de ser hombre o mujer, artesano o asalariado. Lograron una transición a la democracia, desde una dictadura feroz y sin derramamiento se sangre y con ella, empujaron las leyes que te permiten disponer de tu cuerpo, de tu criterio personal, de tu sensualidad; leyes que cuidasen y protegiesen a nuestros descendientes, especialmente, los que nacían heridos, enfermos, con características distintas o patologías graves. Todo lo que ahora tenemos y damos por supuesto, lo que estamos perdiendo por negligencia, por prepotencia, por descuido.
Y ahora vienen determinados sectores nacionales e internacionales a decir, que no cuentan, que no valen que no es rentable cuidarlos. Eso era lo que se pretendía hacer al privatizar la sanidad. ¿Sabéis lo que viene tras eso?¿Quien más no va a servir en el futuro próximo?. Cualquiera que no sea rentable para ser explotado o tenga mucho dinero. Sobra el que tiene una enfermedad cara de tratar, el que tiene un padecimiento crónico, el que nace con una carencia, el que puede trasmitir una tarea genética, el que está preso, el que discrepa con el que manda, todo el que pase a ser ciudadano de segunda por edad, posición económica o social. Reaccionemos o eso será la que suceda. Circe
