La bruja Circe
Hoy vamos a escarbar en eso vampiros emocionales encubiertos que están en nuestro entorno y de quien no podemos alejarnos.
Compartir con estas personas nos deja agotadas mentalmente, secas, con el ánimo apagado. Incluso un nuevo estudio sugiere que son negativas para nuestra salud. Por suerte, podemos neutralizarlas si las descubrimos, fíjate bien el los síntomas.
¿Existe alguien que evitas o rehuyes, sea en persona o por teléfono? ¿A quién te cuesta mucho responder porque la sola idea de hablarle te cansa? O después de un encuentro te hacen desear tomarte un chute de azúcar, aunque no entiendes por qué. Pues fíjate bien
Ver esta publicación en Instagram
Lo terrible de este problema, es que puede ser un desconocido… o un ser querido: el padre, el esposo o la mejor amiga y decimos es cansina, ahí lo tienes.
Lo más difícil es que la persona desconoce a veces lo que hace… pero el efecto que tiene sobre ti siempre es tóxico y llegan a deprimirnos y no son fáciles de reconocer por qué, sus formas tóxicas no son evidentes; se oculta detrás de palabras inocentes, mensajes dobles: y escucharas
‘Qué bien te queda ese vestido’. ‘Incluso te hace cintura’. ‘Qué bien estás… para tu edad’, siempre hay una crítica implícita.
O el uso del humor, como una forma de atacarte sin dar la cara ni sufrir las consecuencias. Pero si respondes o te molestas, te picas, no tienes sentido del humor, eres rancia, cortita y tienes falta de autoestima.
La ironía, el sarcasmo, el cinismo y hasta lenguaje corporal son sus armas.
De forma inconscientes tú ves sus microexpresiónes y sientes que algo simplemente no cuadra. Ellos te dicen una cosa, pero tú percibes todo lo contrario.
Sólo con que te hagas consciente del egoísmo, inmadurez e inseguridad que tienen ya te ayudará.
Utilizar un cristal de cuarzo (cristal o transparente) o una turmalina negra, programadas específicamente.
Golpea tu glándula timo en la mitad del esternón, cuando estés cerca.
Pon algunos cactus en el entorno para calmar a los vampiros. Cuídate mucho. Feliz día.
