Una carta que apoya la fundación del Colegio de Padres de la Compañía de Jesús

El Palacio de la Isla expone como ‘Documento del Mes’ de febrero una carta de 1709 de la ciudad de Madrid apoyando la fundación del Colegio de Padres de la Compañía de Jesús en Cáceres.

Desde que en 1698 el hidalgo cacereño Francisco de Vargas y Figueroa dejase sus bienes para que se instalase en Cáceres la Compañía de Jesús, hasta la expulsión de España de esta Orden en 1767 por Decreto Real de Carlos III, acusados de  instigar el famoso motín de Esquilache, fueron muchas las vicisitudes que pasaron los Jesuitas hasta su definitiva implantación en la villa cacereña.

Pese al rechazo inicial de los Padres Priores de los conventos de Santo Domingo y San Francisco, como por el Deán y el Cabildo de la Santa Iglesia de Coria, será de vital importancia el apoyo del concejo cacereño para que los Jesuitas pudiesen estar presentes en Cáceres.

Uno de los pasos que debe dar la petición para la fundación de un colegio Jesuita es el apoyo de las ciudades con voto en Corte, para que la autoridad Real autorizase definitivamente la presencia jesuítica en la villa. Por ello se requiere a estas ciudades que emitan un informe favorable.

Un documento directo desde la villa de Madrid

El documento se corresponde con la carta enviada desde la villa de Madrid, donde se anima al concejo cacereño a que “no se retarde el fin de la cristiana y piadosa solicitud”.

En 1713, por medio de un Real Despacho y después de contar con el apoyo de todas las ciudades españolas con voto en Cortes, se autoriza a que la villa cacereña y su cabildo eclesiástico, puedan fundar un colegio de la Compañía de Jesús. Colegio que estará presente en Cáceres hasta 1767. Hoy la Iglesia de San Francisco Javier y su adosada colegiala, forman parte del rico patrimonio arquitectónico religioso de la ciudad.