©UNICEF/Wilander

 

Ha pasado un mes desde que un potente terremoto de 7,4 grados en la escala Richter, que posteriormente se convirtió en tsunami , golpeara Indonesia, afectando a la isla de Célebes y a su capital, Palu y Dongala, causando la muerte 2.105 personas y provocando más de 4.600 heridos y la desaparición de 680 personas.

Desde aquel 28 de septiembre, más de 211.000 personas han tenido que abandonar sus hogares e instalarse en asentamientos espontáneos informales. 82.891 se instalaron en 289 albergues en el distrito de Donggala; 76.994 en 409 albergues en Sigi y 52.256 en 282 albergues en la ciudad de Palu.

Atención prioritaria

UNICEF centra ahora sus acciones en garantizar el acceso a agua limpia, el saneamiento y la higiene, la salud y la nutrición, la protección, la alimentación, la educación, especialmente de las personas que se encuentran en los distritos y comunidades más alejadas y menos accesibles.

UNICEF centra ahora sus acciones en garantizar el acceso a agua limpia

Retirar los escombros y las estructuras dañadas sigue siendo una prioridad para reducir el riesgo de daños y accidentes. Muchos de los albergues habilitados para las personas desplazadas son inadecuados, el acceso a letrinas es limitado y el agua e iluminación insuficiente, lo que genera problemas de protección y aumentan el riesgo de agresión a mujeres y niñas. El desastre natural también ha provocado que las condiciones sanitarias se hayan deteriorado significativamente y han aumentado los casos de diarrea e infecciones en la piel, y también existe mayor riesgo de enfermedades contagiosas y malaria.

Situación de emergencia

Esta situación ha hecho saltar todas las alarmas e UNICEF centra sus acciones en garantizar el acceso a agua limpia, el saneamiento y la higiene, la salud y la nutrición, la protección, la alimentación, la educación, especialmente de las personas que se encuentran en los distritos y comunidades más alejadas y menos accesibles.

Retirar los escombros y las estructuras dañadas sigue siendo una prioridad para reducir el riesgo de daños y accidentes. Muchos de los albergues habilitados para las personas desplazadas son inadecuados, el acceso a letrinas es limitado y el agua e iluminación insuficiente, lo que genera problemas de protección y aumentan el riesgo de agresión mujeres y niñas.

Además, UNICEF ha establecido como prioritario el reunificar a las niñas y niños con sus familiares y según informa, hasta la fecha, se han registrado ya a 130niñas y niños desaparecidos, separados y no acompañados. Además, UNICEF ha establecido 80 espacios amigos para la infancia, donde se brinda apoyo psicosocial y atiende a 6.000 niñas y niños para que recobren la normalidad.

La ayuda se ha dividido en diferentes áreas para que la atención sea lo más completa posible

En materia de nutrición, UNICEF apoya al Ministerio de Salud en su plan de respuesta nutricional en Sulawesi para atender a 5.500 bebés, 24.000 niños y niñas menores de 5 años y aproximadamente 2.300 madres embarazadas en Palu, Sigi y Donggala.

Además, para intentar que los niños continúen con su normalidad, se han ha enviado 450 tiendas de campaña para habilitar escuelas temporales. Se han distribuido 300 kits de escuelas en una maleta y 50 kits de desarrollo para la primera infancia, en las zonas más afectadas.

Así, UNICEF necesita 26,6 millones de dólares para cubrir las necesidades de protección, nutrición, agua y saneamiento, salud y educación de los niños y niñas de Indonesia.

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