La bruja Circe

Mirando uno de los documentales que me gustan sobre la naturaleza salvaje, me encuentro con un pez globo que hace su nido, con la esperanza de gustarle a una hembra de su especie. Lo crea tallando con sus movimientos pequeños surcos radiales sobre la arena del fondo. Tiene que lograr que esos surcos engatusen a las hembras, que pongan los huevos en el nido y que retengan los huevecitos. Además durante el tiempo de maduración de los huevos constantemente está renovando y creando nuevos surcos que el agua rectifica y corrige.

Es la perfecta metáfora de la vida humana, lo veo, en ese crear, con la esperanza sin certezas; en ese comprometerse, con estudios, trabajos, familia… En ese continuo esfuerzo, renovación y adaptación a nuevos retos y experiencias que trae la vida o en ese recuperarse de las pérdidas.

Y es que los humanos, como el pez globo, habitamos un tiempo de vida que se transforma continuamente, que está hecho de arena y esperanza y sin embargo, continuamos, seguimos adelante y recogemos granitos de esfuerzo para sobrevivir o triunfar en un empeño.

Está claro que la naturaleza escribe con todos su seres lecciones si aprendemos a apreciarlas y leerlas.

Se trata solo de mantener tus ojos abiertos a la imaginación y a la curiosidad y vivo a nuestro niño interior.

De modo que al encontrarnos con un problema o una perdida seamos conscientes que sabemos y podemos reparar el daño y salir adelante. Y es que tú eres energía del universo, todo en ti es perfecto, incluso cuando no culpas ni uno de los dogmas que unos u otros quieran imponerte.

Que tengas un feliz mes de julio.

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