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Con ánimo de discrepar /
VÍCTOR CASCO

El triunfo de Syriza en las elecciones ha sido la mejor noticia para quienes defendemos que otra Europa es posible. PP y PSOE, en cada una de sus versiones europeas, han demostrado su incapacidad para hacer frente a los poderes económicos y su dependencia de los mercados, los intereses financieros y las instituciones sin control democrático como el Banco Europeo o la denostada Troika.

PP y PSOE, la derecha europea y el centro europeo, han creado una Europa sin instituciones democráticas de control (salvo un escuálido parlamento europeo) y consagrada a defender los intereses del dios mercado. A ese dios han sacrificado promesas electorales, derechos sociales y laborales y políticas del bienestar. Convirtieron la deuda privada en deuda pública, rescataron bancos mientras dejaban caer a miles de personas en la indigencia y subieron impuestos indirectos para que el pato de la crisis lo paguen los trabajadores y no sus responsables: quienes especularon y quienes se enriquecieron a manos llenas.

Syriza es una buena noticia para los griegos y para los europeos y para los españoles. Demuestra que otro gobierno es posible. Que hay alternativa al PP y al PSOE. Que los mercados pueden y deben tragar con las decisiones democráticas y mayoritarias de los ciudadanos y ciudadanas. Que podemos, de hecho, ser ciudadanos y no meros súbditos. Y por eso, las primeras medidas del gobierno de Syriza han sido: decretar el fin de los desahucios para que ningún griego tengan que dormir en la calle, elevar el Salario Mínimo Interprofesional, una política para garantizar luz y agua a todos los hogares y volver a contratar a los miles de funcionarios públicos que, ilegalmente, habían sido despedidos por el PSOK y la derecha griega. Vamos, igualico que aquí…

 

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