De fiesta y despedida

La bruja Circe

De vez en cuando una tiene que bajar a la tierra y agradecer los méritos de la gente y de la vida.

Esta semana, he reflexionado sobre ello y es justo reconocer sin dilación el trabajo y la vida de otros. Se ha celebrado esta semana el festival de música celta en Cáceres, Irish Fleadh, no sería extraño que me preguntasteis cómo puede celebrase en Cáceres un festival de música irlandesa y que la cuidad se llene de ecos de gaitas y violines. Pues ese milagro que llena la ciudad medieval de preciosa música, es obra de Fernanda Valdez una mujer con aura y aspecto de elfo, que es sin duda una superviviente de la vida desde su más tierna infancia. Fuerte, luchadora, sensible y con una constancia en el afán de lograr sus metas que raya en la tozudez y es desde luego la única forma de lograr unir a los intérpretes y seguidores de este festival.

Es justo reconocer su mérito y agradecer su trabajo. Es seguro que muchos la habrán ayudado pero fue su espíritu, sus ideas y su constancia, los que han enriquecido está ciudad con esa preciosa música y los indudables ingresos que eso atrae a nuestros establecimientos hosteleros.

Y eso es una noticia estupenda y muy de agradecer.

Pero está semana, también la cultura y la ciudad de Cáceres ha tenido en gran pérdida, nuestro estimado «Bola», que tantas sonrisas despertó en nuestra boca, que siempre demostró un gran corazón, un hombre sabio. Trabajó en el teatro, la comedia y la risa que sana el alma, sin grandes recompensas. Aunque su habilidades eran muchas, su amor era el teatro, su familia y sus amigos. Ahora estará danzando con otros espíritus y energías juguetonas y enseñándoles a reír y crear.

Yo no lo dudo.

Mi reconocimiento a todos los que se preocupan y empeñan por la vida cultural de la ciudad y hay mucho que agradecer.