La bruja Circe
Dirás que es locura, pero mientras guiso en mi cocina, percibo que el arroz que estoy cocinando es como la vida y no me resisto a dictarlo al móvil.
Se decía en mi tierra que el arroz era cosa de pobres y era cosa de pobres.
En esta tierra, no teníamos mucho, pero sí teníamos todo lo que daba la naturaleza, patatas, garbanzos judías, lentejas, las carnes que los animales se criaban, de los cultivos domésticos, las huertas o la caza, o los huevos de las gallinas; el arroz era soso y de otras culturas.
Cuando mis padres se casaron, a mi padre le gustaba mucho el arroz conocía otras culturas más cosmopolitas, había viajado más y estaba acostumbrado a otras cocinas y le encantaba el arroz y mi madre aprendió a hacer los distintos arroces y no pasó el gusto por él y ahora, mientras cocino o recuerdo, siento que el arroz es como la vida, es simple y soso cuando no lo complicamos, es sabroso y digestivo cuando sabemos y podemos combinarlo. Hoy voy a cocinar arroz, con rape y gambas para simbolizar el mar por la añoranza del sonido y la presencia del mar.
Hace años yo vivía en Sitges guardo esas sensaciones y olores
Hoy el arroz lo haré con rape y gambas, por el mar, los pimientos la cebolla los ajos, por mi bisabuelo Martín, hortelano y molinero y por sus vitaminas y fibra. Para integrar otras formas y culturas y darle sabor unas gotitas de salsa de soja. Y por hacer Honor a nuestra cocina una puntita de pimentón de la Vera, tomada con el cuchillo y con eso voy a terminar mi arroz. Y estoy segura, que va a estar buenísimo. Y te digo que creo que esa es la mejor forma de vivir la vida, aliñarla con lo que tenemos con lo que conocemos lo que hemos aprendido de nuestro ancestros o nos ha llegado de otros mundos, para darle, no sólo sabor sino armonía y equilibrio. No es tan difícil, feliz día. Gracias por estar ahí. Espero que te guste.
