Lunes de papel
Emilia Guijarro

El jueves de la semana pasada, en medio de un calor insoportable, se hizo pública la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra por la que se admite que los integrantes de la tristemente celebre «manada» quedaran libres hasta que el recurso que han presentado se resuelva.

Lo que podía haber sido un jarro de agua fría, se ha convertido en una tormenta de proporciones épicas. Y es ya la tercera vez que lo relacionado con «manada» saca a la calle a un país, cada vez más concienciado de que algo se ha estado haciendo mal con respecto a las mujeres durante siglos y que la conquista de los derechos y las libertades no ha sido igual para todos.

Se trata de una decisión judicial sustentada en unos razonamientos difícilmente comprensibles para la mayoría de la sociedad española, por lo que ya deberían saber los jueces que una justicia que no se comprende no es justicia.

Hay una opinión generalizada sobre lo que pasó esa noche en ese oscuro portal de Pamplona

Dicen que no hay riesgo de fuga, ¿quién lo sabe?, no conocemos un especial arraigo en ninguno de los acusados. Dicen que no hay riesgo de que vuelvan a delinquir, algo dudoso cuando nunca han expresado arrepentimiento y hay otro suceso similar pendiente de juicio. Lo que sí sabemos es que su ocio habitual era el desenfreno del alcohol, las drogas y el sexo salvaje, hasta perder la noción de los hechos. Es de esperar que puedan demostrar que han cambiado estos hábitos.

Se ha dicho que los jueces no están formados en las cuestiones que afectan al género. Que los otros poderes el legislativo y el ejecutivo sí tienen esa formación. Pero la pregunta que hay que hacerse es si la sociedad en su conjunto está razonablemente formada por qué ellos no lo están también.

Hay una opinión generalizada sobre lo que pasó esa noche en ese oscuro portal de Pamplona. Hay una opinión generalizada de que allí no hubo abuso, sino una violación salvaje sobre el cuerpo de una mujer. Para ello no han tenido que formarse especialmente, ni conocer la Ley Integral sobre Violencia de Género de 2004, la opinión pública ha salido a la calle, para mostrar su rechazo tanto a la acción como a la sentencia.

Las calles se han llenado de personas que creen que la mitad de los habitantes de este país, 23.700 personas, no son libres para transitar por las calles, para decir NO, para vivir su vida con libertad. Que creen que a la justicia no ha llegado todavía la revolución de las mujeres.

Artículo anteriorSanti Donaire
Artículo siguienteFuerza mayor

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí