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Lunes de papel /
Emilia Guijarro

Hojeando una revista del año 1998, especializada en personas con discapacidad, encontré una entrevista con una joven, llamada Eva Gil, que está afectada desde su nacimiento por una parálisis cerebral que sin embargo no le había impedido ser ingeniera técnica en informática.

Acababa de terminar su carrera en la Universidad Politécnica de Madrid. La chica había terminado sus estudios con una calificación de notable y quería ser profesora pero en la entrevista relataba las trabas que le estaban poniendo desde el estamento académico. Eva estaba acostumbrada a derribar barreras y en ese momento en que se realizaba la entrevista, la comisión de selección encargada de elegir los candidatos habían pedido una prueba pericial para probar su capacidad y darle el título. El objeto de la entrevista era denunciar el trato discriminatorio que estaba sufriendo y ahí terminaba la entrevista.

Han pasado muchos años pero me pudo la curiosidad y me pregunté qué habría sido de aquella chica. Tecleé su nombre en google para saber algo de ella en la actualidad —ya sabemos que nadie escapa a su mirada todopoderosa— y efectivamente, en cuanto escribí su nombre aparecieron noticias recientes sobre ella.

Eva había superado el obstáculo, tenía su título de ingeniera con calificación de Matricula de Honor y es en la actualidad profesora en la politécnica de Madrid.

Pero llegar hasta aquí no ha sido un camino fácil nuevamente las dificultades la han perseguido, exigiéndole de nuevo certificados de su capacidad para acceder a una plaza que llevaba ejerciendo de manera interina varios años. Hoy superados ya todos los obstáculos, es profesora titular y un activo importante para la Universidad Politécnica de Madrid, está trabajando en sistemas informáticos que faciliten la vida a las personas con diversidad funcional. En la actualidad prepara su doctorado.

El saber de ella me ha producido sentimientos encontrados: por una parte admiro sus ganas de luchar, de conseguir su objetivo, de no rendirse, ni tirar la toalla, por otra, seguimos viendo las enormes dificultades que tienen las personas con parálisis cerebral para llevar una vida plena.

Eva es todo un ejemplo de superación personal y académica. Me quedo con sus consejos de luchar contra todos los obstáculos y de abrir puertas para todos los que venían detrás. De momento ya ha conseguido que se eliminen todas las barreras arquitectónicas de los edificios de la Universidad Politécnica y que la universidad pública sea un lugar donde haya igualdad de oportunidades, a la que puedan acceder todos los alumnos en igualdad de condiciones, y que no sean expulsados de ella aquellos que tienen dificultades económicas o físicas.

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