Acabáis de participar en el BIME, un encuentro internacional de bandas en Bilbao ¿Qué tal os ha ido?

Muy bien, ha sido genial estar en un sitio como ese, estamos encantadas. Hemos compartido espacio con un montón de bandas

¿Era necesario hoy en día un grupo como las Chillers en el panorama nacional?

Era muy necesario, no porque sea mi grupo, sino porque realmente desde fuera, que lo he consultado, la gente lo ve como tal. Es necesario bailar. Nuestro celebro no puede generar constantemente atención hacia una propuesta artística y hay veces que hay que soltar el cuerpo.

Vosotras hacéis versiones de canciones pero también tenéis temas propios, ¿habéis avanzado en la composición?

De momento seguimos componiendo porque ahora estamos de “parón”. Hemos hecho una excepción con Horteralia, pero yo pedí parar un poco porque este año había sido muy heavy. Así que en principio seguimos componiendo, pero volveremos a la carga en Cáceres. Estamos componiendo con mucho amor y mucho cariño, pero también muy despacito.

Nos han tenido silenciadas toda la vida hasta que las redes sociales nos han abiertos las puertas

Para Las Chillers ¿cuál es la medida del éxito?

Para nosotras lo importante es el directo. Al fin y al cabo un buen disco lo puede hacer cualquiera con un buen productor en un estudio, lo difícil es defenderlo en directo. Nosotras no hacemos buenos discos porque todavía no nos hemos puesto a ello, pero tenemos muy buen directo, por no decir uno de los mejores que hay ahora mismo. En mi opinión, donde se ve la calidad en general es en la forma de transmitir y en la energía que tienes que tener para que llegue al público. Hay un montón de artistas que hacen los discos para sí mismos y luego llegan al público y no tienen ningún tipo de feedback.

¿Qué es lo más importante para un artista?

Yo siempre diré lo mismo, lo más importante es el público, lo que transmites.

¿Cómo notáis esa conexión con el público?

Tengo varios medidores. Por ejemplo, cuando veo al chico que es súper rancio, por ejemplo, ahí apoyado en la barra y a la cuarta canción está ya subido a ella es donde verdaderamente te das cuenta de que la cosa está funcionando. Las Chillers hemos tenido mucha suerte, nunca hemos tenido ningún concierto, aunque hubiera treinta personas, en el que la gente no lo disfrutara a muerte. A veces el público puede estar menos entregado pero yo utilizo mucho la palabra y soy sincera, yo no vengo con ninguna pretensión, ni a justificar lo que estoy haciendo. Yo voy a un sitio para que la gente se lo pase bien y si no te lo pasas bien, al final el problema es suyo. También ayuda que las canciones que forman parte de nuestra historia y conectan con lo que han sido ellos.

Todos los intelectuales de España se dan cita en Horteralia

Desde OT a Camela ¿Se puede decir que no tenéis ningún prejuicio a la hora de versionar temas?

Tenemos preferencias por las canciones que, por ejemplo, hayan ayudado a superar una ruptura o te recuerden a tu primer beso. O que te recuerde a las primeras veces que te dejaban estar hasta las 6 de la mañana, que siempre era en las verbenas del pueblo. Son ciertas canciones que te hacen sentir libertad, independencia y te hacen descubrir también tu sexualidad, tu conexión contigo misma. Hay canciones que han significado mucho en la historia de España, pero también hay muchas canciones y muchos artistas que están vetados, aunque si nos ponemos así no podemos cantar ninguna porque la defensa feminista, sobre todo por parte de los chicos ha empezado ahora.

Estáis muy concienciadas con el movimiento feminista ¿era ya hora de que llegase este momento?

Parece que somos siempre las recién llegadas, lo que ha pasado es que nos han tenido silenciadas toda la vida hasta que las redes sociales nos han abierto la puerta. El movimiento feminista tiene que dar mucho las gracias a las redes sociales porque antes nos teníamos que esconder en bares y menos mal que ahora se han tendido su propia trampa. Hablamos sobre todo en Europa y Norteamérica, pero desgraciadamente hay muchas partes del mundo en las que todavía estamos silenciadas. Me molesta mucho que me digan que han cambiado las cosas porque es mentira. Primero no han cambiado del todo porque en las familias las cosas no han cambiado y hay países donde todavía nos matan por ser mujeres. Ya está bien.

Quizá hay demasiado ruido en este tema, ¿muchas noticias pero poca efectividad?

Sí, no está siendo efectivo. Hay personas que se están aprovechando falsamente de esta defensa feminista, pero verdaderamente las cosas no están cambiando y a mí es lo que me parece grave. El contexto social y político sigue siendo el mismo.

¿Las nuevas generaciones están más concienciadas?

En la información está el poder. Ellos no quieren que los niños se enteren de lo que ocurre, adiestran a los chavales a ser esclavos del sistema. Cómo vamos a pretender que los chavales sean feministas si lo que estamos haciendo es que no tengan pensamiento crítico y que sean máquinas que se dediquen a estar dentro de un sistema. Primero sobrevives y luego luchas por la igualdad. Yo siempre lo digo, llegará un momento en el que todos estemos igual de jodidos, seas hombre o mujer. El día que intento hablar con otros hombres les digo que llegará un día en el que estemos todos mal.

Cambiando de tema, ¿qué te parece Horteralia?

Yo les diría a todos aquellos programadores que decían que no teníamos calidad y que se reían de nosotras y de otros grupos parecidos que aquí los que vendemos entradas somos nosotras. Hay que respetar al público y Horteralia ha hecho eso desde el principio, pensar en la gente, en que necesitamos un soplo de aire fresco. Te pueden gustar los Planetas o no, pero molas igual.

¿Cómo les animarías a los que todavía están indecisos?

Ya estás tardando, todos los intelectuales de España se juntan en Horteralia.

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