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Mi ojito derecho /
CLORINDA POWERS

Cada vez que habla un ex Presidente del Gobierno, se me pone un ojo pipa. Este año los titulares de Felipe González podrían ser dignos competidores de los ya míticos de José María Aznar (aprovecho para saborear mi preferido: su eslogan anti DGT de 2007 «A mí nadie me dice lo que puedo o no puedo beber»). Y es que la resaca electoral ha dejado a ‘las mayorías’ buscando entre la basura la manera de desacreditar los cinco escaños de Podemos. Cinco lobitos que Podemos le ha arrebatado a las castas por la cara, en este caso, la de Pablo Iglesias que, entre sus muchos o pocos logros, destaca su táctica de 1º de Sentido Común: pon tu cara en la papeleta que para eso has estado 4 meses sacándola en todas las cadenas.

Y de 1º de Sentido Común le ha parecido a Felipe González dar su opinión sin que se la pidan. Y el señor de la chaqueta de pana y el puño levantado del siglo XX, ha dicho al del siglo XXI que las propuestas de Podemos conducen «a lo de siempre», de manera «que se reparte igual, pero miseria, salvo la nomenclatura, que nunca se queda con miseria».

Es decir, y esto lo digo yo: mejor malo conocido que bueno por conocer, señora. Que una cosa es denunciar los desahucios, apoyar la sanidad y la educación públicas, manifestarse en contra de las preferentes, maldecir a los políticos corruptos y luchar, en definitiva, por un verdadero Estado de Bienestar, Y OTRA VOTAR EN CONCIENCIA. Así que, visto que no se le puede dejar votar sola, señora, PERMÍTAME QUE LE META EL MIEDO EN EL CUERPO por si no tiene bastante con lo que le hemos estado haciendo nosotros todos estos años.

«Una alternativa bolivariana para España y para Europa sería una catástrofe sin paliativos». Cuando Felipe González habla de alternativa bolivariana, en realidad quiere decir chavista, y se lo está llamando a la alternativa con la que Podemos se ha hecho con sus 5 escaños. Ojo, señora, que está usted votando por el desabastecimiento de productos básicos en los supermercados, cortes de luz diarios, inseguridad ciudadana y miseria, mucha miseria, igualita a la de Venezuela.

«Ojalá no llegue pero, si llega, uno tendría el consuelo de decir ‘yo ya lo dije'». Lo que en realidad Felipe quiere decir pero no puede es: “A mí me da igual lo que os pase, pobres, que sois todos unos pobres. Pero una cosa es que me dé igual lo que os pase, y otra que no esté deseando estar allí para verlo y tener la enorme satisfacción de deciros ‘Os lo dije, pobres, que seguís siendo todos unos pobres’”.  Y entonces, y solo entonces, podrá usted, señora, contestarle “Sí, lo recuerdo. Fue el día que los pobres os metimos el miedo en el cuerpo a todos vosotros.”

Nota: Sea lo que sea lo que hayáis votado, enhorabuena por haberlo hecho. A los que no, recordadlo cada que vez que os quejéis. Porque ahí estaré también yo para decir “Yo ya lo dije”.

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