Este viernes el Gran teatro acogerá la obra ‘La casa de la fuerza’, de Angélica Liddell y dirigida por Marcelina Antúnez. Este texto, bajo el paraguas del feminicidio de Ciudad Juárez (México), supone una reflexión sobre el machismo del día a día y las luchas a las que tiene que enfrentarse la mujer para conseguir la igualdad.
Bego Hernández, Helena Moreno, Mari Fe Suárez, Marta Contreras, Vanessa Lesme, Elisa Blázquez y la niña Jimena Tena componen el elenco. Además, este montaje cuenta también con las actuaciones musicales de Pilar Boyero, Rosario Cruz y la chelista Lucía Rosco.
Según la directora, “es el momento idóneo para representar ‘La casa de la fuerza’”, poque es necesario “hay una necesidad social de tratar este tema, dada su gravedad”. Asimismo, detalla que “no solamente se trata de México, sino que hay una necesidad de plantear desde el teatro temas para reflexionar y hacer una sociedad mejor”.
Atúnez, tiene un compromiso real con el feminismo y se muestra convencida de que “hay que luchar por ello, sobre todo las mujeres” . Además, confiesa que la dramaturga “es una mujer muy innovadora que aborda los temas transcendentales del ser humano desde unas perspectivas muy rompedoras”. El resultado de este trabajo “es muy poético y muy directo, tratando siempre de apelar al público”, señala Marcela Antúnez.
Respecto a la puesta en escena, Angélica Liddel apuesta en su su obra autobiográfica en combatir el dolor a través del ejercicio físico, de la fuerza. Por tanto, el cuerpo lucha para superar el dolor que supone el amor no correspondido o la humillación. Pero, Antúnez, como “creadora”, tiene su propia visión sobre el texto y trabaja desde el punto de vista artístico: “planteo la creación de la belleza como lucha”. Por tanto, arte de acción como el body art, la performance, instalación en escena son protagonistas en este montaje.
De igual modo, la música resulta indispensable a la hora de entender esta propuesta. Hay 16 canciones que van desde los corridos mexicanos, canciones pop de la oreja de Van Gogh, una pieza de Vivaldi… “La música forma parte del texto”, señala la directora, “por ejemplo, los corridos mexicanos son muy patriarcales y yo los he hilado con la de las actrices”, prosigue “hay una relación entre las letras, la música y el movimiento escénico”, afirma Antúnez.
Así, Pilar Boyero catará los corridos y la soprano Rosario Cruz, interpreta la pieza clásica y “hacen un trabajo extraordinario”, cuenta la directora.