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Con ánimo de discrepar /
VÍCTOR CASCO

Hemos asistido a un cambio en la jefatura del Estado. Partido Socialista, Partido Popular, UPyD, la flor y nata del empresariado español, la jerarquía católica con Rouco a la cabeza y otros miembros de la cortesanía más aduladora, se han aprestado a saludar, ensalzar y vitorear al nuevo monarca.

España quiere a su rey, dicen, los españoles somos todos juancarlistas y ahora felipistas, afirman, millones fueron a recibirle el día de la magna coronación (aunque en las imágenes solo se vieran a unos pocos miles)… Y sin embargo ningún ciudadano hemos tenido la oportunidad de pronunciarnos en la preceptiva urna acerca de si queremos que el jefe del Estado de ese país sea un representante de pueblo elegido por el pueblo o bien el hijo de un señor que por apellidarse Borbón y ser el macho de la familia tiene derecho feudal de sangre a heredar el Estado.

España es monárquica, repiten hasta la saciedad, pero no se atreven a convocar un Referéndum. Por lo visto ya lo votamos en el 78 y aunque el 68% de los españoles que vivimos hoy no votamos en aquella ocasión, nos lo tenemos que tragar. En el 78 les dijeron a nuestros abuelos que «Monarquía o tanques en la calle» y hoy nos dicen a los nietos «Haber votado República en el 78″… El ejercicio de cinismo e hipocresía no tiene límites.

El PSOE, que se dice republicano, muy en el fondo (en el fondo del pozo y bien enterradito) ha votado Monarquía (sus diputados, claro, no sus bases ni votantes) afirmando su rápida «pasokización» y demostrando que son la pata esencial del régimen dinástico bipartidista. En el Congreso solo IU, ERC y parte de grupo mixto se han negado al trágala regio votando contra la continuidad de un sistema putrefacto donde la principal institución del país se hereda como quien hereda un pisito en el centro (¡peor! en este caso ni siquiera se pagan impuestos).

España es monárquica, repiten hasta la saciedad, pero no se atreven a convocar un Referéndum

Pero las monarquías, por muchos aduladores que tenga entre los poderosos y por mucha cortesanía que se destile en medios y tertulias, tiene los días contados si en las próximas elecciones el pueblo decide castigar a los dos partidos del régimen dinástico. Son el pasado y es el momento de soñar en el futuro. ¡VIVA LA REPÚBLICA!

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