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Mi ojito derecho /
CLORINDA POWER

En el concierto de Fetén Fetén el otro día en Madrid, unos burgaleses muy orquestados y muy majos, los músicos dedicaban una de sus canciones a la playa de Comillas, en la que de niños solían veranear: “Pero vamos y volvemos en el día, eh, que para dos horas de camino no merece la pena coger un hotel”, decían imitando a sus madres. “Y claro, así no había quien hiciera un cochino amigo en todo el verano”.

¿Quién no ha tenido una madre así? Pues Wert y todos los que han pensado alguna vez como él. El ministro de cultura (DE CULTURA, ¡DE CULTURA!) aseguraba en unas declaraciones de 2012 con las que me encuentro en 2015, que “las familias que no tienen dinero para estudiar es porque no se quieren privar de otras cosas”.

Y yo digo: ¿¿¿@€7çDH¡+N$BS¿*#S(«!!!

Y ahora que he dedicado los peores pensamientos de los que soy capaz a todas esas madres extraterrestres que crían hijos como Wert, quisiera dedicarle los mejores pensamientos de los que soy capaz a todas esas madres con los pies en el suelo y las manos en la masa, la cabeza sobre los hombros, los hombros bajos las nubes y las carnes duras. Porque mis mejores pensamientos solo pueden imaginar mujeres duras, listas y amorosas criando hijos duros, listos y amorosos.

Porque con personas como Wert, hay que ser muy duro, muy listo y muy amoroso para no perder los papeles ni la fe. Y encontrar rincones donde crear, crecer y creer, como estos burgaleses tan orquestados y tan majos, que con su música acampan en lugares donde personas como Wert no tienen derecho al ministerio (y todavía menos al misterio).

 

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